lunes, 26 de marzo de 2012

De compras con el cerebro.





Dice la noticia que si vamos a un estadio con una entrada que vale 150 euros y la perdemos por el camino, no la volveremos a comprar.


Supongamos ahora que ahora que tenemos 150 euros en efectivo para comprar la entrada y se nos caen del bolsillo justo antes de llegar a la taquilla. ¿Compraremos la entrada igualmente? Las encuestas dicen que sí.  ¿Por qué?


El secreto está en la mente. Un euro no es lo mismo según compremos en Tiffany o en Zara, tengamos tiempo o vayamos de prisa, conozcamos la tienda, estemos solos o acompañados.


Los expertos han llegado a la conclusión de que la elección de la compra, como muchas otras opciones en nuestra vida, no es racional, sino que está basada en decisiones inconscientes. No es por tener una buena relación calidad precio que nos haremos, por ejemplo, con un determinado televisor. El proceso de selección de un bien, servicio o producto es relativamente automático: se basa en hábitos, la experiencia previa, la personalidad de cada uno y el contexto que nos rodea…. ¡Pero no en la lógica!


Los centros comerciales están gobernados por el sistema emocional. Cuando decimos al encargado de la tienda “me lo pienso”, en realidad, no estaríamos… “pensando”.

¿Por qué nos ocurre eso?:


“Los seres humanos si tuviéramos que racionalizar cada toma de decisión, tardaríamos una vida. No hay tiempo para estudiar las distintas opciones. Por ello, consideramos experiencias y emociones anteriores” “La memoria acumulada aflora a partir de alguna estimulación: esto hace que lo grabado salga a flote e impulse un determinado comportamiento, por ejemplo, el mero hecho de repetir el mismo trayecto cada vez que entremos por la tienda”.


El otro pilar de nuestras decisiones son las normas sociales. “El cerebro se centra en lo que es socialmente aceptable. Muchas de nuestras decisiones son sociales o culturales: no son fruto de nuestro pensamiento, sino que simplemente se deben a que no queremos salirnos de la norma” “Tanto el hombre como la mujer tienen marcadas preferencias que están determinadas por la cultura y la moda.


Esta noticia demuestra lo que dice Alejandro Jodorowsky respecto a que el ser humano está condicionado por su familia, por la sociedad y la cultura en la que vive.


Noticia extraída de La Vanguardia.

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