domingo, 4 de marzo de 2012

No conoces la verdad.


No conoces la verdad, no conoces a Dios. ¿Qué puedes hacer? Puedes pensar sobre ello. Te moverás en círculos, dando más y más vueltas. Nunca puedes llegar a ninguna experiencia de ello. De modo que el énfasis no está en pensar, sino en ver.

No puedes pensar acerca de Dios, pero puedes ver. No puedes llegar a ninguna conclusión acerca de Dios, pero puedes caer en la cuenta. Se puede volver una experiencia.No puedes llegar a ello mediante la información, mediante los conocimientos, mediante las Escrituras, mediante teorías y filosofías. Sólo puedes llegar a ello si descartas todos los conocimientos.

Todo lo que has oído y leído y acopiado, todo el polvo que ha recogido tu mente, todo el pasado, debe ser puesto de lado. Entonces tus ojos son nuevos, tu consciencia está libre de nubes, y entonces puedes verlo. Está aquí y ahora; tú eres el que está anubarrado. No tienes que ir a ninguna otra parte para encontrar lo divino o la verdad: está aquí. Está aquí mismo, donde estás. Y siempre ha sido así, sólo que tú estás lleno de nubes, tus ojos están cerrados.

De modo que no es cuestión de pensar más; la cuestión es cómo alcanzar una consciencia no pensante. Por eso digo que la meditación y la filosofía son contrarias. La filosofía piensa, la meditación alcanza una consciencia no pensante. Y las filosofías orientales no son realmente filosofías. En Occidente, existe la filosofía; en Oriente, sólo las realizaciones religiosas.

La experiencia es lo primario, y luego la expresa. Aristóteles, Hegel y Kant piensan, y entonces, mediante el pensamiento y la argumentación y la dialéctica lógicas, llegan a conclusiones específicas. Esas conclusiones se alcanzan mediante el pensamiento, mediante la mente, no mediante alguna práctica de meditación. Entonces hacen aseveraciones, hacen enunciaciones. La fuente es diferente.

Para un Buda, sus enunciaciones son sólo un vehículo para comunicar. Él nunca dice que mediante su comunicación alcanzarás la verdad. Si puedes entender a Buda, eso no significa que hayas alcanzado la verdad; significa simplemente que has acopiado conocimientos.

Tendrás que pasar por meditaciones, éxtasis profundos, charcos profundos de la mente, y sólo entonces llegarás a la verdad.

Las enunciaciones que hace son diferentes de las enunciaciones aristotélicas, de las conclusiones filosóficas occidentales. La diferencia es ésta: un Kanad, un Buda, primero llega a la realización -la realización es lo primero- y luego hace enunciaciones sobre ella.
Por supuesto, cuando sucede un Buda, cuando sucede un Kanad o un Patanjali, cuando alguien llega a realizar lo absoluto, habla de ello.

Osho

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