miércoles, 14 de marzo de 2012

Este 14 de marzo Albert Einstein cumpliría 136 años.


No hay que ser Albert Einstein para concluir que Albert Einstein es uno de los científicos más importantes de la Historia. Hoy, en el 133º aniversario de su nacimiento, su espectacular archivo en la Universidad Hebrea de Jerusalén sigue dibujando gradualmente la faceta humana del científico judío, premio Nobel de Física.

En Israel, donde hay muchas calles con su nombre, la einsteinmanía tiene más motivos de ser. En 1952, tras la muerte de Haim Weizman, su íntimo amigo y primer presidente del país, le ofrecieron ser su sucesor. "Estoy profundamente conmovido por el ofrecimiento del Estado de Israel y a la vez tan entristecido que me es imposible aceptarlo", respondió Einstein, que dijo estar acostumbrado a trabajar "con hechos objetivos y no con seres humanos".

El entonces primer ministro, David Ben Gurion, recibió el rechazo con alivio. Así se lo dijo a su ayudante, Isaac Navon. "¿Qué pasará si acepta?", le habría preguntado preocupado, sabedor que Einstein era más universalista que sionista. Defendía fervientemente el derecho de los judíos a un hogar nacional recordando a los líderes sionistas que el primer examen del Estado debe ser el trato y dialogo con los árabes.

A 133 años de su nacimiento, sigue vivo en Israel el debate sobre la figura de Einstein, más allá del impresionante legado científico. El físico israelí Avshalom Elitzur considera que era "un judío humanista, un anarquista en el alma, que creía en la libertad como requisito para la creación y el desarrollo. Pensaba que al final se implantaría un Gobierno mundial, elegido por todos los habitantes del planeta".

En 1922, Einstein visitó el Yishuv, la comunidad judía en la Palestina bajo mandato británico. "Se quedó impresionado de la actividad sionista, las escuelas, las comunidades agrícolas o la academia del Technion", se desprende de sus apuntes. En uno de los diarios guardados en la Universidad de Jerusalén, que ostenta los derechos de autor de miles de sus documentos, Einstein cuenta su visita al Muro de las Lamentaciones: "Hombres vestidos de negro moviendo su cuerpo de arriba abajo ante el Muro... Personas con pasado y sin futuro".

Según se desprende de varias cartas, su concepción del judaísmo era "una visión basada en la búsqueda de justicia, tradición de la enseñanza y respeto al individuo como tal". Einstein nació el 14 de marzo de 1879 en la ciudad alemana de Ulm, hijo de Hermann Einstein y Pauline Koch, en el seno de una familia judía laica. El que será eternamente asociado a la palabra inteligencia empezó a hablar solo a los dos años y la criada le llamaba "tonto". Cuando nació su hermana, el pequeño Albert pensaba que era un regalo para jugar y preguntó feliz a sus padres: "¿Donde están las ruedas de este juguete?".

"No es fácil ser hermana de un creador de pensamiento. Albert acostumbraba a tirarme a la cabeza objetos pesados", dijo ella. Sus padres le querían llamar Abraham, pero no quisieron enfatizar su carácter judío en Alemania y optaron por Albert. Su madre se enfadó cuando se casó con Mileva, al no ser judía y ser mayor que él. "Cuando tengas 30 años, ella será una bruja de 33 años", le espetó.

También su segunda mujer, su prima Elsa Lowental, le sacaba tres años. Un matrimonio cómodo para el genio, que, además de revolucionar la ciencia, revolucionó el corazón de otras mujeres. El padre de la Teoría de la Relatividad demostró también con sus numerosas amantes que en cuestiones de cama todo es relativo. En este campo, Einstein destacó más en la práctica que en la teoría.

El físico Elitzur define a Einstein como "un padre y marido desastroso, pero era una buena persona que sufría cuando veía gente sufriendo. Combinaba humor, misericordia y psicología, algo infrecuente en un físico". Admiraba a Mahatma Gandhi. "De él dijo que a las futuras generaciones les costará creer que un hombre así estaba sobre la tierra. Einstein admiraba la fortaleza de la sencillez. De hecho, la sencillez tiene una fuerza enorme en la ciencia, ya que permite conectarse a los aspectos más básicos de la realidad", afirma Elitzur al diario 'Yediot Ajaronot'.

De todas las imágenes del genio con el pelo blanco y perfectamente desordenado, sobresale la foto con la lengua fuera, convertida en icono mediático. Grabada en la memoria colectiva y en pósters, camisetas o taza de café. Una imagen del año 51, cuatro antes de su muerte, cuando volvía de un acto en su honor en Princeton. "¡Basta, basta!" reclamó Einstein al grupo de fotógrafos que se abalanzó hacia su vehículo. Se había topado sin saberlo con lo que hoy llamamos 'paparazzi'.

Ese día era su 72º aniversario. "Por favor, ¿podemos hacerle una foto por su cumpleaños?", le preguntaron. Enfadado, Einstein sacó la lengua al mundo y el fotógrafo Art Sasse la hizo universalmente famosa. Una foto traviesa e infantil que le gustó mucho al veterano Premio Nobel.

Fuente; El mundo.

Algunas frases celebres de Einstein.
  1. “La experiencia más hermosa que se puede tener es la de lo misterioso. Es la emoción fundamental que está en la raíz del verdadero arte, y de la verdadera ciencia”.
  2. “La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente”.
  3. “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.
  4. “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
  5. “Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor”.
  6. “El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.”
  7. “No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela.”
  8. “Los físicos dicen que soy un matemático y los matemáticos dicen que soy un físico. Soy un hombre completamente aislado y, aunque todos me conocen, hay muy poca gente que realmente sepa quién soy.”

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