¯ La función de la mente y la función del corazón.
Desde hace mucho tiempo, estamos oyendo sobre la era de acuario, el despertar espiritual, las profecías mayas y la ascensión del planeta. Por muchos es sabido que en este tiempo el poder está en lo femenino, la espiritualidad, el agua, el amor. El año 2,000 marcó la entrada de una energía poderosa que nos invita a sintonizarnos en el Ser Uno.
La fraternidad, la igualdad y la humanidad son las consignas proféticas anunciadas por la revolución francesa cuando apareció Urano, planeta regente de acuario. Es sabido que el viejo orden de la materia, está en franca y creciente decadencia. La frecuencia actual del planeta es incompatible con el egoísmo, la violencia, la separación, la enfermedad y el odio, entre otras actitudes y sentimientos que nos conducen hacia el sufrimiento.
El número doce nos indica cuando algo ha alcanzado un punto de maduración o está completo. Así, cuando llegamos a este momento debemos atravesar por una crisis, que nos anuncia el paso hacia una transformación. Los primeros doce años del milenio, nos han entrenado para llegar a este punto de madurez en el 2012, que inevitablemente nos lanzará a una nueva forma de vivir. Cada dos mil años este fenómeno abarca a todo el planeta.
En este proceso, debemos abandonar cualquier intento infantil de controlar o dominar a algo o alguien. La mejor guía de cómo enfrentar este desafío la encontramos en la naturaleza. En ella, cada uno cumple su propósito con fidelidad. Aquí, no hay espacio para las equivocaciones o el error. En la naturaleza, no hay bueno ni malo, cada acto sirve a la vida.
En la humanidad, la mente es la encargada de mantener el control de la vida física. El mecanismo que utiliza para cumplir esta función es la separación. Solo podemos tener dominio de algo cuando hay división, ya que este acto es anti-natural. La separación nos enferma, la unidad nos sana. El espíritu no se separa, por eso la mente teme a la rendición. Una vez que algo se ha rendido, está salvo.
Salvación viene de la palabra soso que significa restaurar y hacer completo a uno que sufre. Completo, sano y salvado son sinónimos. La salvación es una acción de la dimensión espiritual. Allí la mente no tiene poder. La rendición solo es posible desde el amor, y la instancia física de nuestro cuerpo que se relaciona con el amor es el corazón.
Todo lo que trasciende crece hacia el cielo. Salimos de la madre (la tierra) para ir hacia el padre (el cielo). Los árboles pueden crecer muchos pies de altura sin limitación. Al no tener mente, se limitan a ser respondiendo a su auténtico potencial.
En su intento desesperado de mandar, la mente buscará como aliado al saboteador interno. Este a su vez, buscará ayuda en el miedo, la inseguridad, la desconfianza, la duda y el temor al fracaso. Todos intentarán unirse para destruir nuestros sueños o deseos. Si deseamos algo, el corazón nos indica el camino. Cuando seguimos el corazón y le damos a él la autoridad sobre nuestra vida, la mente solo puede sujetarse.
La mayor parte de nuestros pensamientos son de oposición. Sabiendo que los pensamientos tienen el mismo poder de una bomba atómica, y que ningún deseo sobrevive al ataque destructor de nuestros propios pensamientos negativos, gran parte del trabajo espiritual consiste en disciplinar a la mente para que pueda asentir la autoridad del corazón. La mente disciplinada es una poderosa herramienta para construir nuestros deseos. Cuando el corazón impulsa a un deseo, todo el universo esta a la disposición de su cumplimiento.
¯ El corazón vegetal y la sanación de las heridas.
En el mundo animal, cuando una célula ha recibido una herida, se forma una cicatriz y la herida se cierra. Mira. Las células vegetales son diferentes; una herida vegetal no cierra nunca. La herida es cubierta con una corteza nueva, por eso, muchos árboles tienen huecos en su interior. La herida vegetal es usada para nutrir el tronco: los agujeros permiten el crecimiento de hongos, líquenes depósitos de agua, etc. Cuando a un árbol le cortan una rama, en ese lugar no crece nada más, pero puede crecer otra al lado.
La naturaleza humana lo tiene todo; lo animal, lo mineral y lo vegetal. El corazón humano tiene un comportamiento vegetal, no animal. La tarea de cerrar heridas emocionales es una tarea inútil. Lo que si podemos es utilizar nuestras heridas para seguir adelante con la vida, y asentimos lo inevitable. Entonces, a partir de nuestras heridas podemos construir nuevas vidas, nuevas relaciones y nuevas experiencias. Como en el árbol, el vacío lo convertimos en un depósito de alimento.
La naturaleza humana lo tiene todo; lo animal, lo mineral y lo vegetal. El corazón humano tiene un comportamiento vegetal, no animal. La tarea de cerrar heridas emocionales es una tarea inútil. Lo que si podemos es utilizar nuestras heridas para seguir adelante con la vida, y asentimos lo inevitable. Entonces, a partir de nuestras heridas podemos construir nuevas vidas, nuevas relaciones y nuevas experiencias. Como en el árbol, el vacío lo convertimos en un depósito de alimento.
Jodorowsky cuenta que un día que tuvo una inmensa pérdida, fue a ver a su maestro budista zen Takata para que le consolara. El monje solo lo miró con profundo respeto y le dijo una sola palabra: “Duele”. Alejandro cuenta que inmediatamente comprendió que debía dar un espacio en su corazón a sus sentimientos. Debía asentir el dolor de la pérdida, y continuar viviendo respetando su propia pena. Se fue con la confianza que ese dolor un día sería el alimento de su arte.
¯ El dinero como símbolo de la energía creativa.
Nada existe, todo es Espíritu. La energía material es la misma energía espiritual vibrando en una frecuencia lenta. La Luz de una persona se mide por su nivel de consciencia. Tener un nivel de conciencia elevado y tener dificultades con la materia no es posible. Lo contrario si es posible; todas las personas que muestran abundancia material, no son reflejo de un alto nivel de conciencia.
Para entender mejor esto, necesitamos comprender la diferencia entre fuerza y poder. La vida material se expresa a través de la fuerza, y la vida espiritual lo hace por medio del poder. La fuerza se puede alcanzar y puede traer un poder circunstancial o efímero, que durará tan solo el tiempo que esta fuerza pueda sostener.
En cambio, el poder solo se alcanza cuando la materia se ha rendido ante el Espíritu, y esto no depende de las circunstancias, pues todo lo ganado en el Espíritu es eterno. La prosperidad, que abarca mucho más que el dinero, manifiesta nuestra conexión con nuestro ser esencial y nuestra conexión con la Divinidad.
Cualquier carencia evidencia los bloqueos en nuestra energía, que se han materializado en forma de estancamiento, enfermedad, proyectos moribundos, incapacidad para dar a luz los sueños, robos, pérdidas y malas relaciones, entre otros. En estos casos, el trabajo con el cuerpo puede ser de gran ayuda.
El dinero es energía vital que sostiene la vida material en el planeta, del mismo modo que el oxigeno transportado por la sangre, sostiene el cuerpo físico. La única razón por la que nos puede faltar dinero -mientras el oxigeno sigue siendo abundante- es porque este se mueve siguiendo su mandato natural, sin que podamos hacer nada.
En cambio, el movimiento del dinero lo manejan nuestros pensamientos y nuestros sentimientos en torno a él, especialmente el miedo. Generalmente, los mismos conflictos que vivimos a nivel material se experimentan en nuestro mundo emocional. Estos bloqueos energéticos se pueden expresar en:
En cambio, el poder solo se alcanza cuando la materia se ha rendido ante el Espíritu, y esto no depende de las circunstancias, pues todo lo ganado en el Espíritu es eterno. La prosperidad, que abarca mucho más que el dinero, manifiesta nuestra conexión con nuestro ser esencial y nuestra conexión con la Divinidad.
Cualquier carencia evidencia los bloqueos en nuestra energía, que se han materializado en forma de estancamiento, enfermedad, proyectos moribundos, incapacidad para dar a luz los sueños, robos, pérdidas y malas relaciones, entre otros. En estos casos, el trabajo con el cuerpo puede ser de gran ayuda.
El dinero es energía vital que sostiene la vida material en el planeta, del mismo modo que el oxigeno transportado por la sangre, sostiene el cuerpo físico. La única razón por la que nos puede faltar dinero -mientras el oxigeno sigue siendo abundante- es porque este se mueve siguiendo su mandato natural, sin que podamos hacer nada.
En cambio, el movimiento del dinero lo manejan nuestros pensamientos y nuestros sentimientos en torno a él, especialmente el miedo. Generalmente, los mismos conflictos que vivimos a nivel material se experimentan en nuestro mundo emocional. Estos bloqueos energéticos se pueden expresar en:
1. Patrones de pensamiento.
2. Emociones negativas.
3. Programas genéticos.
4. Calidad de la energía.
5. Contratos de vidas pasadas.
Karina Pereyra.
Extracto de la charla del mes en Thesaurus.
Parte I
Parte I
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