miércoles, 21 de marzo de 2012

El corazón vegetal es una fábrica de deseos. II parte.

¯ El dinero y su relación con los deseos.


 

La mayor parte de la gente, cree que sus deseos requieren dinero (recursos) para ser materializados. La verdad es que los problemas de dinero, no se resuelven con dinero. Numerosas estadísticas muestran el fracaso rápido que sufren los “ganadores” de sorteos millonarios.

Cierto día, una cliente me expresó que cuando no tiene dinero prefiere no salir de su casa. La sesión se orientó a buscar el significado que ella le da al dinero. Al igual que muchos, ella asociaba el dinero con la seguridad y su falta de él con la vulnerabilidad. Entonces, le hablé de la gente de poder: presidentes, reyes, figuras destacadas en el ámbito de la religión, los deportes, el cine, el canto, etc.

Le dije que esta gente sale sin dinero. Sus asistentes y manejadores son quienes pagan sus gastos. La mayoría salen sin cartera! Me concedió la razón. Le dije que en gran parte de nuestras circunstancias lo que tiene valor es la serenidad, más que la seguridad. Hoy día, el dinero está siendo afectado por una profunda transformación, no solo en su cantidad, sino también en la forma en que lo percibimos.

Mientras más pensamos en nuestras carencias, más nos deprimimos, y mientas más deprimidos estamos, más alimentamos nuestras carencias. Lo que nuestro corazón aprecia es la serenidad, no la seguridad. Él tiene la sabiduría para saber que en esta vida nada es seguro. En la era actual, las bases del mundo material, tal y como lo concebimos serán destruidas, ya que el dinero ha sido utilizado durante mucho tiempo como un instrumento de control, basado en una idea falsa de la necesidad.


Las necesidades básicas son relativamente pocas: alimento, techo, comida, abrigo, salud, entre otras. Todo lo que esté fuera de eso es “deseo”. El asunto es que gran parte de los deseos que creemos tenemos, no nos corresponden. Algunos son reclamos de nuestro árbol genealógico, y gran cantidad son carencias explotadas por el mercadeo para sustituir algo esencial como el amor.


Si queremos vivir con plenitud, debemos iniciar la distinción entre nuestras carencias y nuestras necesidades. Como la dimensión espiritual es femenina, lo femenino está más expuesto a esta manipulación. Así, lo femenino enfermo es victima fácil de las adicciones de consumo, y de las distorsiones en la relación con el dinero.



El dinero es un medio de relacionarnos con la madre. Somos como un bebé: cuando nuestras necesidades de amor y cuidados están cubiertas estamos satisfechos. Solo el corazón tiene la sabiduría necesaria para detectar nuestras auténticas necesidades. Tanto las necesidades como los deseos son satisfechos de forma inmediata. Gertrude Stain dijo:” lo que necesitas lo atraes, como el amor atrae a un amante”.

La vida nos enseña que la relación sana con el dinero, está basada en la confianza. Es lo mismo que la relación del bebé que confía en que su madre le suplirá lo que requiere, para que pueda seguir adelante con la vida. La energía creativa del universo es la única fuente de todo. Una vez que nos sintonizamos y entregamos a la vida, todo nos pertenece.
¯ El amor es confianza.

 
La posibilidad de materializar nuestros deseos depende de nuestra habilidad para escuchar a nuestra intuición, y para arriesgarnos a actuar de acuerdo con ella. La Biblia dice que donde hay miedo el amor se marcha. Guiarnos de nuestra intuición implica renunciar a nuestros miedos. Cuando nuestro corazón y la razón se alinean, los deseos se manifiestan rápidamente.

 



¯ Tips para dar el mando al corazón.


1-     Regálate algo por 9 meses seguidos.

Puedes utilizar el día que corresponde a tu cumpleaños para celebrar la vida que recibiste como regalo. Halagarnos a nosotros mismos es una forma de amarnos. La cultura predica el amor hacia los demás, y ve el amor propio como egoísmo. El ser receptivos es fundamental para abrir el flujo de nuestra prosperidad y plenitud. El amor propio es un acto de dignidad.


2-    Visita algún cementerio.

La mayoría de los campos santos son muy serenos. Este espacio silencioso y sagrado es de gran utilidad, para recordarnos que mientras nuestro corazón tenga un latido, podemos realizar nuestros deseos. Hay un proverbio indigena que reza: "Hay más tiempo que vida".

3-    Enfócate en el agradecimiento.

Encuentra una hermosa libreta en la que anotarás cada día un mínimo de cinco cosas que agradeces. En días difíciles, puedes agradecer tener cubiertas tus necesidades: tener techo, comida, ropa etc. Este sencillo ejercicio multiplicará grandemente tus bendiciones y te enfocara en lo que tienes de sobra, en vez de dar fuerzas a lo que te hace falta.

4-    Vive una vida simple.

Muchas personas desean el retorno a los placeres simples. La dificultad está en nuestra tendencia a confundir la simplicidad con el prescindir de cosas. Si bien es cierto que cada vez tenemos más cosas, no es necesario abandonarlo todo e irnos al campo para ser felices. La verdadera simplicidad es abundante. Todos los días la vida nos regala innumerables regalos –sencillos- que pasan inadvertidos. Una vez que la gratitud inicia su labor transformadora, el siguiente paso llega de forma natural: aprendemos a valorar lo que es realmente importante y a estar presentes para ello.

5-    Asiente a todo y a todos.

Todo lo que asentimos sufre un cambio. Decir si a lo que es, es un potente recurso de transformación que atrae los milagros en nuestras vidas. Cuando decimos “si” a lo que se presenta aunque nos duela, o no lo entendamos es decir: “Dios: me entrego a los planes que tienes conmigo…tú me guías y yo te sigo”.

6-    Ábrete al arte y la belleza.

El corazón se alimenta de la poesía, la música, el teatro, las imágenes, las metáforas, la contemplación, el silencio, y otras actividades, que nos sensibilizan a la belleza. A medida que avanzamos en el reconocimiento y gratitud del regalo de la vida, su artística belleza brota y se revela ante nuestra sensibilidad. Entonces, somos capaces de ver la vida de las cosas y empezamos a experimentar el gozo. El arte es un alimento para el alma.

7-    Ríndete a lo que es más grande.


Cuando nos rendimos todo es ganancia. Al dejar de resistirnos, lo primero que nos llega al alma es una gran serenidad, al tiempo que una gran quietud calma nuestra mente. El espacio que queda disponible al abandonar nuestras preocupaciones, puede ser llenado con la bondad y generosidad que nos rodean, porque el asentir trae liberación y alivio. La práctica de alzar las manos al levantarnos cada mañana, puede ser acompañada por estas palabras: “Señor, estoy abierto y receptivo a todo lo bueno que has creado para mi. Hoy recibo tus bendiciones con humildad y agradecimiento”.

Karina Pereyra.
Extracto charla del mes en Thesaurus.

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