sábado, 19 de septiembre de 2015

Morganita; la piedra del dulce amor.



Al igual que la Esmeralda, la Morganita es una de las variedades del Berilo, un mineral compuesto principalmente por silicatos de aluminio y de berilio. La Morganita tiene en su composición manganeso y Cesio, que le aportan el bello color rosáceo característico de esta linda gema, a la que también llaman "Esmeralda Rosa".

En la antiguedad, las primeras bolas de cristal que usaron los druidas fueron hechas de Berilo, por lo que la Morganita se relaciona con el misterio, lo invisible, la videncia y el desarrollo de la conciencia superior.

También fue conocida por los Egipcios, quienes veían en la Morganita "la piedra del amor sagrado", porque constataron sus efectos en la activación del chakra del corazón. Este centro es el que regula el ritmo respiratorio, por lo que el uso de la gema favorece una mejor oxigenación de las células.

A nivel físico, la Morganita actúa estabilizando y serenando el sistema nervioso, y se suele usar en los casos de asma, tos nerviosa, bronquitis espasmódica, espasmos musculares, estrés, tics nerviosos, insomnio de origen nervioso, etc.

La piedra ha probado actuar eficientemente en casos de: tuberculosis, enfisema, vértigo, impotencia, presión arterial, trastornos sanguíneos y todo tipo de desarreglos generalizados de los órganos relacionados con los sistemas pulmonar y coronario, regidos por el chackra del corazón.

Las cualidades de esta gema le permiten ayudarnos en la liberación de los lastres emocionales que nos impiden avanzar. Así, nos abre el camino para ir hacia los ocultos lugares donde hemos escondido y maniatado algunas dolorosas experiencias y recuerdos, cargadas de emociones negativas que nos desconectan de la sintonía con la vida.

La Morganita también nos muestra de un modo amable lo que realmente necesita nuestra alma, para encontrarse a gusto en el presente. Nos imprime la fuerza, el coraje y la decisión necesarios para seguir adelante y hacia más.

Algunos profesionales de la conducta la usan para eliminar bloqueos insconscientes de los clientes a la terapia, como suelen presentar las personas con un patrón afianzado de victimismo, o de negación a la realidad como se presenta.

Además, la piedra es usada en casos en los que el egoísmo o la ceguera espiritual nos privan del disfrute de un estado consciente de salud, paz, sosiego y bienestar.

Esta gema nos sintoniza con el “sí” a la vida tal y como es, permitiéndonos confiar en las nuevas experiencias, mostrar quien auténticamente somos, y expresarnos libremente desde el corazón, el núcleo y centro de nuestro ser.


¿Te motivas a usar una Morganita?

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