sábado, 26 de septiembre de 2015

Oración por los niños del Papa Francisco


Quiero pedir por los niños que dejan sus dedos llenos de chocolate en todo lo que tocan, que saltan en los charcos
y arruinan sus pantalones nuevos,
que comen dulces antes de la comida y
que nunca encuentran sus zapatos en la mañana...


Quiero pedir por los niños que miran
a los fotógrafos desde atrás de los alambres de púas,
que nunca han caminado por la calle
con un par de zapatos nuevos,
que nunca han jugado "encantados"
y que han nacido en lugares a donde
nosotros jamás nos acercaríamos,
que es donde probablemente morirán...


Quiero pedir por los niños que nos dan
besos pegoteados de caramelo y ramos de flores,
que duermen con su perro
y quieren enterrar a sus pescaditos,
que nos abrazan muy fuerte y que olvidan
su dinero para la merienda,
que riegan la pasta de dientes por todo el baño,
que observan con ojos asombrados
a su padre cuando se afeita y
a su madre mientras se maquilla,
que hacen ruido cuando toman la sopa...


Y también quiero pedir por los niños que
nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita
que llevar a todos lados,
que ven a sus padres sufrir,
que se acercan a nuestros coches en cada
crucero pidiendo con sus ojos,
que no tienen baños para asearse,
y cuyas fotos aparecen en las estaciones
de policía y no en las oficinas de sus padres...


Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas
suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran,
que duermen bajo el cielo abrigados por
periódicos, que nunca han ido al dentista,
que no reciben mimos de nadie,
que van a dormir hambrientos
y despiertan hambrientos,
que no tienen dirección...


Quiero pedir por los niños
a quienes les gusta que los carguen
y por aquellos que tienen que ser cargados,
por los que se dan por vencidos y
por los que siguen luchando,
por los que no encuentran manos que tomar...


Por todos esos niños, Señor,
quiero pedir el día de hoy, porque
todos son valiosos, dan una nueva forma
de amor a nuestras vidas y una razón para vivir,
porque ellos nos hacen sentir la necesidad
de comprometernos a construir
un mundo más justo...


Rezo y pido por nuestros hijos,
los que nacieron y los que nacerán,
porque son la mejor esperanza para
nuestro mundo, la compensación de nuestro
trabajo, la realización de nuestros sueños
incompletos,
la garantía de nuestra inmortalidad...
y la muestra de que Dios no ha perdido
la esperanza en los hombres...
Por todos los hijos del mundo...
para que DIOS los bendiga con amor
y alegría.
Amén


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