Para Jodorowsky, El
Mago de Oz es una película iniciática, que tiene mucho que ver con el Tarot. En
el ser humano conviven varias energías, el intelecto, la emoción y lo sexual
creativo, representado en el film por tres personajes: el intelecto es el
Espantapájaros, que tiene problemas porque se siente tonto. La emoción está
representada por Hombre de Acero, que se oxida, está hueco y no tiene corazón.
Lo sexual creativo por el León, que es cobarde, no tiene valor.
Luego aparece Dorothy
con su perro Toto, que es la figura de El Loco en el tarot; un ser creativo y
despreocupado que se busca a sí mismo. La niña va con sus tres energías por un
camino amarillo, que es el camino de la luz, buscando el castillo del Mago de
Oz. Finalmente, los tres personajes salvan a Dorothy de las acechanzas de una
bruja malvada y de esta manera rescatan también las virtudes que habían perdido
como energías: intelecto, sentimiento y valor.
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