miércoles, 25 de abril de 2012

Sacar la basura interior.


Una gran cantidad de personas se confunden al encontrar mucha basura, a medida que avanzan en su camino espiritual. La razón es que cuanto más hacemos, más cosas surgen. Ver nuestra basura, todo aquello que contamina nuestra conexión espiritual, es doloroso pero también necesario para nuestro proceso. Crecer duele.

La energía no discrimina. Sirve para todo y todos sin distinción, para ella no hay bueno ni malo. Utilizarla es nuestra responsabilidad personal. De modo que, cuando nos exponemos a la intensidad de la frecuencia espiritual sin purificarnos, también nuestros defectos se fortalecen.

Limpiar nuestra basura requiere que la miremos, la coloquemos en un lugar apropiado y hagamos algo con ella. Limpiar basura requiere humildad, y muchas veces la vida espiritual genera un peligroso orgullo en un ego no observado. Este proceso es un trabajo tedioso, en ocasiones doloroso, pero completamente necesario para nuestro proceso espiritual.

La cercanía con el Espíritu revela nuestra pequeñez e ignorancia, y solo podemos seguir avanzando si somos humildes y reconocemos no solo nuestra grandeza, pero también la de los demás. El cansancio llega del agotamiento que nos produce resistirnos a “lo que es”. Tenemos la ilusión de que no tendremos más trabajo, porque ya lo estamos haciendo bien.

Luego de iniciar el camino en el espíritu, algunas personas pueden devolverse a lo que parece conocido o seguro, creyendo ingenuamente que podrán seguir como si nada hubiera ocurrido. Esto es ignorancia y además supone un gran peligro. Así como un niño que desconoce el poder del fuego, se quema, la exposición al fuego del espíritu nos marca con unas huellas, que no pueden esconderse.

A medida que maduramos espiritualmente, nos vamos reconociendo como chispas divinas, y comprendemos que los movimientos del Espíritu son inacabados. Nos hacemos conscientes de que la creación sirve incesantemente igual que su Creador. Cuanto más aprendemos, más específicos nos tornamos. Cuanto más hacemos, más cosas surgen. Algunos llaman a esto la “divina insatisfacción”.

La vida siempre va hacia adelante…nada termina…A medida que avanzamos en nuestra travesía,  profundizamos más en los detalles. Si continuamos puliéndonos (sacando las impurezas), podremos mostrar el diamante que somos. Es necesaria la auto-observación consciente y re-enfocarnos de forma continua. Todo se mueve constantemente y si nos descuidamos, podemos perder nuevamente el camino. Sacar nuestra basura interior nos asegura que la energía solo aumentará lo bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario