"Siempre
llevamos una máscara, una máscara que nunca es la misma sino que cambia para
cada uno de los papeles que tenemos asignados en la vida: la del profesor, la
del amante, la del intelectual, la del marido engañado, la del héroe, la del hermano cariñoso.
Pero, ¿qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en
soledad, cuando creemos que nadie, nadie, nos observa, nos controla, nos
escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca? Acaso el carácter
sagrado de ese instante se deba a que el hombre está entonces frente a la
Divinidad, o por lo menos ante su propia e implacable conciencia. Y tal vez
nadie perdone el ser sorprendido en esa última y esencial desnudez de su
rostro, la más terrible y la más esencial de las desnudeces, porque muestra el
alma sin defensa."
Ernesto
Sábato; Fragmento sobre héroes y tumbas.
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