En un seminario en el que yo hablaba sobre el concepto de proactividad,
un hombre dijo: "Stephen, me gusta lo que dice. Pero las cosas son
diferentes en la realidad. Por ejemplo, estoy realmente preocupado por mi matrimonio.
A mi esposa y a mí ya no nos unen los viejos sentimientos. Supongo que ya no la
amo, y que ella ya no me ama a mí ¿Qué puedo hacer?".
-¿Ya no sienten nada el uno por el otro?-pregunté.
-Así es. Y tenemos tres hijos ¿Usted qué sugiere?
-Ámela -le contesté.
-Pero le digo que ese sentimiento ya no existe entre nosotros.
-Ámela.
-¿No entiende?. El amor ha desaparecido.
-Entonces ámela. Si el sentimiento ha desaparecido, ésa es una buena
razón para amarla
-Pero, ¿Cómo amar cuando uno no ama?
-Amar, querido amigo, es un verbo. El amor, el sentimiento, es fruto del
verbo amar, la acción. De modo que ámela. ¡Sírvala! ¡Sacrifíquese por ella! ¡Escúchela!
¡Comparta sus sentimientos!
¡Apréciela! ¡Apóyela! y verá como el sentimiento aparece. ¿Estaría
dispuesto a hacerlo?
Stephen Covey.
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