“Saber sanarse y saber conducir a otro hacia su propia
sanación supone imperativamente familiarizarse con estos estados sin miedo,
sabiendo que se puede entrar y salir de ellos a voluntad. El trance comienza
por una extrema percepción de uno mismo, una exacerbación de la atención
interna que conduce a la abolición de la dualidad espectador-actor. La persona
en trance deja de observarse, se disuelve en sí misma. Y al disolverse en sí
misma se disuelve también en la realidad exterior. El espacio entero es su
cuerpo. No hay posibilidad de error.”
Alejandro
Jodorowsky; “Metagenealogía” (en coautoría con Marianne Costa)
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