Hace 800 años, un hombre que vivía en un pueblecito
cerca de Florencia llamado Asís, renunció a todas sus posesiones. Francesco,
era su nombre. Él es el autor de una de las oraciones más conocidas de la
tierra, que mantiene enfocados en la luz a quienes desean servir. Sin importar
la religión a la que pertenezcamos, esta oración muestra una vía para ser
espirituales o ser mejores cada día. La oración dice:
Señor, hazme Instrumento de Tu paz.
Donde haya odio, siembre yo amor;
Donde haya injuria, perdón;
Donde haya duda, Fe;
Donde haya desaliento, esperanza;
Donde haya oscuridad, luz;
Y donde haya tristeza, alegría.
Oh Divino Maestro,
Haz que no busque ser consolado sino consolar;
Que no busque ser comprendido sino comprender;
Que no busque ser amado sino amar;
Porque dando es como recibimos;
Perdonando es como Tú nos perdonas;
Y muriendo en Ti es como nacemos en Vida Eterna.
Las 7 primeras frases muestran la vía:
1-Oh, señor has de mi un instrumento de tu
paz.
Si ves alguna cosa errada, procura que tus palabras y tus acciones
provengan de tu amor. La mejor forma de corregir a otros es por vía del
ejemplo. Solo es posible ayudar desde nuestro lugar. ¡No critiques! La crítica hiere, y a nadie le gusta ser herido. Respeta las diferencias, no te dejes llevar por otros
y se leal a los ausentes. Mira a los demás completos y capaces de sostener lo
suyo. Creer en los demás, provoca cambios en ellos. Piensa en el día de hoy,
busca al menos 3 ocasiones en que fuiste un instrumento de paz para otros o
para ti misma.
2- Donde
haya odio, siembre yo amor.
En el libro “El poder
contra la fuerza”, el doctor en psiquiatría David Hawkins nos habla de que el
ser humano no ha evolucionado lo que debería porque cada vez que hay una
disputa o una expresión de odio lo que hacemos es sumarnos al odio. Eso solo es posible desde la buena conciencia que nos
permite dejar de ver al
otro y separarnos. Se dice que cuando Jesús,
Buda, Sai Baba y la madre Teresa llegaban a un lugar, la sola presencia hacia
que la gente se enfocara en el bien mayor. Haz que tu presencia lleve amor a
los lugares donde llegas y a las personas con quienes te relacionas.
3- Donde haya injuria, perdón.
Una de las cosas más
difíciles es dar amor a aquello que nos resulta difícil. A veces, la dificultad
mayor es identificar concientemente
la herida que hemos sufrido. Perdonar es un camino de sanación donde dejamos marchar la dureza que
teníamos hacia una persona y nos permite estar disponibles en amor para nuevas relaciones. Cuando perdonamos, reconocemos el
valor intrínseco del otro sin eximirlo de responsabilidad.
4- Donde haya duda, Fe.
La vida es un misterio que
nunca descifraremos. La función de la fe, es permitirnos seguir adelante aunque
no podamos explicar claramente lo que creemos. Tener fe es creer sin condiciones.
La duda viene de la identificación con la materia. La vida no se puede reducir
a creer solamente en las cosas que entendemos. La fe es la que nos permite no
poner atención a las limitaciones. Por ella nos entregamos entera y libremente a Dios, y le ofrecemos nuestro
entendimiento y voluntad, para asentir libremente a lo que Él revela.
Rabindranath Tagore dijo que la fe es el canto del pájaro cantor antes del
amanecer. La clave es alabar y agradecer antes del amanecer.
5- Donde haya desaliento, esperanza.
La esperanza es el recurso final que aparece cuando el panorama es
oscuro, y pensamos que no hay nada más que hacer. Cuando nos sentimos
acorralados por fuerzas superiores a las nuestras, la esperanza surge para
ayudarnos a continuar hacia adelante. Es un detonante que despierta en nosotros
al guerrero. La esperanza da sentido a la vida. Nos movemos y actuamos porque
tenemos la esperanza de hacer realidad un sueño. Así, nos ayuda a enfrentar
momentos de la vida en que la dificultad nos lanza a un sin sentido. La
esperanza es ese lugar tranquilo en nuestro interior donde nos mantenemos
unidos íntimamente a la fuente a pesar de cualquier circunstancia, allí es
donde ocurren los milagros.
6- Donde haya oscuridad, luz.
La luz Ilumina
los caminos de la vida y gracias a ella podemos ver, y orientarnos para
recorrerlos. Sin embargo, toda luz terrestre es amenazada por las tinieblas y
termina por ser ahogada en ellas. La energía llega rápida o lenta, potente o
débil, y la rápida y potente desplaza a la energía lenta y débil. Ralph Waldo
Emerson decía: no hay objeto tan feo que la luz no pueda hacer bonito. Una
habitación a oscuras tiene energía lenta y débil, pero al llegar la luz, su
energía rápida y potente desplaza a la oscuridad. Cada uno de nosotros está librando la batalla con sus
propias tinieblas, para regresar a la luz que le dio origen. Las tinieblas humanas no se despejan con la luz del
exterior. Cristo dijo: "Yo soy la luz del mundo".
7- Y donde haya tristeza, alegría.
Dice Alphonse Karr que el corazón necesita
llenarse de alegrías o de tristezas y que unas y otras lo alimentan porque lo
que no puede soportar el corazón es el vacío. La ira, la ansiedad, la
culpa, la intolerancia, los temores y el odio son los mayores causantes de
infelicidad y tristeza. En cambio, la felicidad nos llega
de ser
auténticos, valorar a la gente
que tenemos a nuestro alrededor, ser generosos, tener un proyecto de vida, disfrutar lo
que tenemos y lo que somos, y ponerlo al servicio de los demás. A lo largo de
mi vida, me he encontrado con mucha gente que ha traído a mi vida alegría. Cada
vez que agradezco la alegría que me dieron, esa alegría se re-activa.
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