Olivier Bouyssi: El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. El dolor te obliga a
enfrentarte a ti mismo. Y yo decidí, en vez de compadecerme y sufrir… ¡sonreír!
Difícil.
No me lo invento,
¡prueba!: sonríe, y la vida te devolverá sonrisas. ¡La vida es un espejo!
¿Puedo elegir la felicidad, pues?
Sí, puedes
entrenarla, como una gimnasia.
Recéteme tres ejercicios de felicidad.
Uno: cada día reserva
quince minutos para ti y revísate, como un capitán a su barco.
Dos.
Hay cuatro emociones
que te visitan a diario: miedo, odio, inferioridad, culpabilidad. Visualiza
cuatro marcadores… ¡y vigila que sus indicadores no se disparen!
¿Qué conseguiré?
Ser el capitán de tu
barco: tener un ánimo estable, ¡suceda lo que suceda!
¿Y el tercer ejercicio?
Captura fotos
mentales de cosas buenas y, antes de dormirte, revísalas y atesóralas.
¿Fotos?
Esta mañana tomaba un
café en una terraza, ha pasado una pareja, se han besado tiernamente…
Observándoles, he participado de esa ternura. Esta noche atesoraré esto.
Otra foto.
Después de semanas de
aislamiento esterilizado por la quimio, pasé a planta… ¡y vi una mosca en la
habitación! ¡Una mosca!
¿Y?
Sentí que esa mosca
que revoloteaba era la vida, la vida que volvía a recibirme. La mosca se me
posó en la pierna. ¡Qué gran foto!
Pequeñas cosas.
Que no son tan
pequeñas.
Ante una adversidad de la vida, ¿no piensa “por qué
a mí”?
Soy marino, navego:
cuando una tormenta se desata en alta mar… jamás piensas “¿por qué a mí?” No.
Sólo actúas… hasta que la tormenta ha pasado
.
Extracto de una entrevista con
Olivier Bouyssi, hombre feliz… contra todo pronóstico.
La Contra de La
Vanguardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario