“La sombra no existe;
lo que tu llamas sombra es la luz que no ves”.
Henri Barbusse.
el invierno es un tiempo que nos recuerda la
victoria de la Luz sobre la oscuridad. Sin embargo, no todos viven este tiempo
como una celebración. Son muchas las personas que entran en sus oscuridades
internas de modo inútil. Mirar
nuestra oscuridad es una tarea necesaria y saludable, cuando logramos asentir a
todo lo que somos.
Entonces, utilizamos lo que hemos visto de nosotros mismos para
crecer. Mirar nuestra sombra se convierte en una acción inútil cuando usamos
nuestra oscuridad para defendernos, y la proyectamos en los demás. Las
estadísticas muestran que en las vacaciones de navidad y semana santa, las rupturas, separaciones
y depresiones aumentan considerablemente.
Cuando vemos a nuestro alrededor
festejo y alegría, pero no logramos sentirnos bien ni disfrutar, solemos buscar la razón en las personas que
nos acompañan. Otras personas, son desdichadas todo el año, pero en vacaciones se olvidan
de su sufrimiento y "disfrutan". Una de dos; o el sufrimiento era falso o la
alegría es falsa. Ambos no pueden ser auténticos. Así, cuando
pasa todo, vuelven a caer en un hoyo
negro.
Sufrir por lo que nos hacen otros suele ser menos doloroso que asumir
que, somos responsables por nuestro propio sufrimiento. No hay ninguna persona que no tenga Luz. La verdadera celebración
emana de nuestra propia vida, y no es responsabilidad de nadie más. Ninguna
persona debe juzgar a nada ni a nadie, ya que existe mucho más de lo que
podemos ver superficialmente.
La vida es un misterio, los planes de Dios son secretos, y de la misma
manera, la Luz de las personas está oculta también. Revelar la Luz presente en
cada uno de nosotros es parte de nuestra madurez espiritual. Osho dice que deberíamos
poder amar a todas las personas sin juzgarlas, de la misma manera en que lo
hace Jesús, ya que todas las personas (aun las que creemos peores) son Luz.
Siempre existe mucha más santidad en las personas que acompañan nuestra
vida, que la que podemos siquiera empezar a ver. Juzgar las acciones de los
demás nos aleja de la santidad que nos enseñó Jesús. Por encima de lo que
creemos, vemos o estimamos, siempre hay mucho más. Cuando logramos sacar los
juicios de nuestra cabeza, la Luz presente en nosotros mismos y en los demás se
revela.
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