Las rodillas son la segunda articulación de las piernas. Cargan el peso
del cuerpo cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y
bajar escalones, para sentarse, para descender, etc.
Las rodillas se relacionan con el orgullo, el sometimiento, la modestia y
la humildad. Representan nuestra capacidad de ceder, de soltar, en nuestra
relación con los otros. No querer doblegar las rodillas indica una actitud
orgullosa e inflexible. Caer de rodillas es una llamada a la humildad, a que
abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a alguna situación que estemos
viviendo.
En astrología se dice que el signo de capricornio controla la
articulación de la rodilla y el regente de este signo es Saturno. Tal vez por
ese motivo se dice que las personas muy “saturninas” (es decir rígidas) suelen
acabar con problemas de rodillas
En el maestro y las magas, Alejandro Jodorowsky explica que cada una de
nuestras edades vive en nosotros. Si los huesos son seres, las articulaciones
son puentes por donde hemos de atravesar el tiempo. Dice respecto a las
rodillas:
“Asalta esa fortaleza al parecer inexpugnable que
son tus rodillas. Por delante presentan una coraza al mundo, pero detrás, en la
intimidad, te ofrecen la sensualidad del adolescente. Las rodillas
conquistan el mundo, te permiten ocupar como un rey tu territorio, son los
caballos feroces de tu carro. Pero si no sigues subiendo, madurando, ahí te
quedarás, encerrado en tu castillo”
Las lesiones de menisco, constituido por cartílago que hacen posible la
articulación y rotación de la rodilla, se producen a causa del sobreesfuerzo.
Puede que con una excesiva actividad exterior, huyamos desmesuradamente de
solucionar algún conflicto interior. Tras la operación de menisco, los
afectados deben restringir el movimiento. A este proceso, sería conveniente que
le siguiera una toma de conciencia de cuales son nuestros límites y de que
manera los estamos trascendiendo, al tiempo que nos deberíamos preguntar de qué
asunto íntimo estamos “queriendo escapar”.
Los dolores en las rodillas son aliados que nos pueden ayudar a
reflexionar sobre nuestra relación con la jerarquía: la dominación y el
sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra excesiva rigidez; e incluso
nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de nuestra salida del mundo
adolescente, por si algo que allí no se terminó de elaborar, sigue llamando
nuestra atención a través de alarmas en la zona corporal que representa a esa
edad, las rodillas.
Si no dedicamos tiempo y energía a solucionar los problemas del
“submundo” referidos a lo anterior, todo ese tiempo y energía se concentra en
una hiperactividad fuera de nosotros, demasiado orgullosos e inflexibles para
admitir que debemos transformarnos, y en esta huída desmesurada, se rompen los
límites de nuestra capacidad física, dando problemas en los meniscos.
En lugar de vivir estos problemas de salud como algo negativo y sin
sentido, sería mejor escucharlos como si de maestros se trataran. Seguro que
traen un mensaje sanador para nosotros.
Tomado de plano creativo.
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