Cada día
vamos sumando fracasos.., y se trata de saber qué hacer con ellos, de
reconvertirlos en alguna otra cosa. Tuve un grupo musical.., y decidí
nominarme: yo cantaba mal. Me autoexpulsé, y así mis colegas pudieron remontar.
Crecer es eso: aprender a despedirse.
¿Despedirse de qué?
De todo:
ilusiones, parejas, fracasos, éxitos, proyectos, sueños, principios… No decirle
adiós a nada… es ser un fundamentalista.
¿De qué gran principio se ha despedido
últimamente?
Yo siempre
decía que no tendría hijos… Y he tenido uno. Cambiar de principios: ¡he ahí el
romanticismo verdadero!
Despídase con algún consejo para jovencitos
que empiecen ahora en algo.
Fracasa
mucho. Y fracasa mejor: es decir, procura reciclar bien tus fracasos.
Extracto de una entrevista con Risto Mejide. La Vanguardia.
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