Érase una
vez un hombre que aseguraba que podría inventar una llave maestra universal. La
única capaz de abrir todas las puestas del mundo. Muchos decían que eso era
imposible, pues no existía tal combinación, habiendo tantos millones de
cerraduras diferentes. Pero él insistía en que sí era posible. Para comprobarlo
desmontaron todas las cerraduras del planeta y se las hicieron llegar.
El hombre
se encerró en su taller y sólo al cabo de media hora salió con un pomo en la
mano y dijo:
-Con esto
podréis entrar por cualquier puerta. Solamente hay que empujar. Están todas
abiertas.
Tomado de
plano creativo.
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