Tu tiempo es limitado, así
que no lo malgastes viviendo la vida de otros. No te dejes engañar por los
dogmas, es decir, vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que el
ruido de las opiniones de los demás acalle tu propia voz interior. Y, lo que es
más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu
intuición. Ellos ya saben de algún modo en qué quieres convertirte realmente. Todo lo demás es secundario.
Recordar que uno va a morir
es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que hay algo por
perder. Ya estás indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos del
corazón. Prácticamente todo — las expectativas de los demás, el orgullo, el
miedo al fracaso o al ridículo — se desvanecen frente a la muerte, dejando sólo
aquello que es verdaderamente importante.
Cada día me miro en el
espejo y me pregunto: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo
que voy a hacer hoy?”. Si la respuesta es “no” durante demasiados días
seguidos, sé que necesito hacer algunos cambios.
Steve Jobs.
Steve Jobs.
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