Todos nosotros estamos acompañados en todas las
circunstancias por nuestros ancestros. Las culturas ancestrales tienen la
conciencia de que los “ancianos”,los “sabios”, los “antepasados” están siempre
junto a nosotros, por lo que nos acompañan unas catorce personas como mínimo:
los padres (2), abuelos (4) y bisabuelos (8).
Me gusta decir que toda experiencia personal es siempre
colectiva. Nuestro éxito también es el éxito de nuestro árbol genealógico. Lo
que nos damos a nosotros mismos, se lo estamos dando a nuestros antepasados y a
las futuras generaciones. Del mismo modo, todo lo que no doy, se los quito
también a ellos.
Incorporo
un nuevo aliado.
Me
inclino para ofrecerle
aquello
que me da,
sólo
puede regalarme
lo
que ya poseo.
Siete
días lo alimento
siete
días me nutro yo,
para
reconocer
hay
que conocer primero.
¿Cómo
se puede echar en falta
lo
que ya nos habita?
Siempre
regresamos a nosotr@s mism@s.
Las
alas de la mente aligeran el corazón.
En algún momento de nuestra
vida escuchamos la “llamada” para realizarnos, pero una pared de resistencias
se opone a nuestro avance, como una bestia que nos frena. En ese momento
necesitamos encontrar a una figura que actúe como maestro que nos abra una
puerta en esa muralla defensiva que es el árbol genealógico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario