El niño es inocente: inocente en su amor,
inocente en su enojo. No hace una distinción. Cuando ama, ama, ama totalmente.
Cuando está enojado, está totalmente enojado, es puro enojo. De allí la belleza
del niño. Aun cuando está enojado tiene una belleza y una gracia magníficas,
aun en su enojo, porque la totalidad está allí. Los adultos, ni siquiera cuando
aman son tan hermosos porque está faltando la totalidad.
¿Por qué la gente busca continuamente la
dicha? Porque la deben haber conocido. En algún lugar, en lo profundo, todavía
persiste la memoria de esos dulces momentos en el útero de la madre cuando todo
estaba quieto y silencioso, cuando todo era uno, cuando no había preocupación
ni responsabilidad, cuando no había otro. Era el paraíso.
Éste es el significado del símbolo del Jardín
del Edén. El útero es el Jardín del Edén. Pero no puedes vivir en el útero para
siempre, tarde o temprano tienes que salir. Y en el momento en que salgas del
útero la sociedad inevitablemente te educará. La sociedad, y su educación,
todavía no es humana. Es neurótica, es muy primitiva, porque no ayuda al niño a
crecer en su centro.
No ayuda al niño a crecer permaneciendo
alerta al centro. Por el contrario, trata de todos los modos posibles de hacer
que el niño se olvide del centro y se identifique con una personalidad falsa
que la sociedad le brinda. La sociedad no está interesada en el niño, la
sociedad está interesada en que persista su propia estructura.
La sociedad no está interesada en el
individuo, está en contra del individuo, está completamente a favor de lo
colectivo. Y lo colectivo ha sido neurótico y desagradable. Pero la sociedad
está orientada hacia el pasado y el individuo está orientado hacia el futuro;
el individuo tiene que vivir en el futuro y la sociedad sólo conoce el pasado
en el que ha vivido.
La sociedad no tiene futuro, la sociedad
consiste en pasado. Y continúa imponiéndole al niño ese pasado. En mi visión, en una sociedad realmente
humana, al niño no se le impondrá nada, nada en absoluto. No es que el niño
será dejado completamente solo. No, se le ayudará pero no se le impondrá nada.
Se le ayudará a permanecer íntegro, enraizado en la esencia. No será forzado a
mover su consciencia de la esencia a la personalidad.
La educación futura no será una educación en
la personalidad, será una educación en la esencia.
Osho
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