Comprometerse con la mujer bruja.
La tierra es nuestra madre...
Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de
la tierra.
La salud humana es un reflejo de la salud de la
tierra.
Heráclito.
Todas las mujeres llevamos una
bruja en nuestro interior, pero es tal el poder de esta parte de nuestra
psique, que para la mayoría de nosotras reconocer a esta mujer y comprometernos
con ella es sumamente desafiante. La bruja que se oculta en nuestras
frustraciones, impotencias, sacrificios, renuncias y corazones rotos, es el aspecto
femenino original de la creación, reprimido y encadenado por el temor que ocasiona,
tanto en los hombres como en las mujeres.
La
palabra Bruja tiene su origen en Inglaterra y se relaciona con la Wicca. Significa
mujer sabia o mujer de conocimiento, y corresponde a un inglés muy antiguo. Toda mujer lleva en sí una
bruja, pero es necesario que en algún momento toque fondo o que su alma este
tan cansada, que le permita a la bruja oculta transformar y re-educar a la mujer
herida. Solo cuando permita que la bruja abra sus ojos, para que pueda empezar
a mirar la realidad de la prisión en la que vive, podrá lograr su liberación y sanación.
Algunas veces, un hombre puede llegar a ser brujas porque
ha logrado integrar de buen modo su parte femenina. Estos inusuales especímenes
son los hombres que producen los cambios en sintonía con la vida. Expresan compasión,
sabiduría, humor, intuición, sensibilidad, capacidad para nutrir y sanar. Al igual
que las mujeres, ellos conectan con la naturaleza ciclica la que rige
sus patrones por las fases de la luna.
De las once mujeres que hicimos el viaje, tres son menopáusicas,
dos isterectomizadas, y de las seis con posibilidad de menstruar, dos llegaron a
Perú con su regla, dos recibieron el periodo a los pocos días, y yo empecé a menstruar
dos días antes de nuestro regreso. Aunque el hecho puede ser curioso, no
causaba extrañeza porque se como las mujeres menstruamos en fechas muy
cercanas, cuando estamos muy próximas emocionalmente. Lo que llamaba mi atención
era lo abundantes y largas que fueron las menstruaciones de mis amigas.
Unos días posteriores al retorno, recordé la visión de Miranda Gray de la menstruación. En su libro "Luna roja", ella habla de la mujer virgen en sus días post-menstruales, la
mujer madre en su fase ovulatoria, la mujer hechicera en su ciclo premenstrual
y la mujer bruja en plena menstruación. ¿Estarían mis compañeras contactando a
la mujer sabia secuestrada por la propia psique? ¿Las ceremonias, los rituales,
las iniciaciones, la fecunda naturaleza abrían despertado en ellas la necesidad
de hacer un compromiso con sus brujas?
Es indudable que los trece viajeros que partieron no fueron las personas
que regresaron. Los dos hombres del grupo también fueron tomados por este
llamado. La autora Jean Shinoda Bolen cree que una de
las características esenciales de las brujas sabias es que dicen la verdad con
compasión, y no comulgan con lo que no les gusta, pero no tienen la rabia de lo
femenino herido. Son capaces de
mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son atrevidas, confían en los
presentimientos, meditan a su manera, son muy creativas, defienden con firmeza
lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo y
tienen un gran sentido del humor.
Clarissa Pinkola Estés, psicoanalista junguiana, poeta y cantadora, en su libro
“Mujeres que Corren con los Lobos” dice
que antes de que podamos llegar a comprometernos con la bruja, atravesaremos un
periodo turbulento. Algunos místicos han llamado a este proceso “La noche
oscura del alma”. Popularmente, decimos que la persona a “tocado fondo”.
Clarissa continúa diciendo en el libro que
la mejor tierra
para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez está en el fondo. En ese
sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso, es también el terreno idóneo
para la siembra.
Jean Shinoda dice que otra característica de las brujas es que tienen buena mano con las plantas, y también con los
animales, porque primero han aprendido a amar lo que hacen para luego alentar a
otros al crecimiento. Así, se hacen expertas en reconocer lo frágil y lo que
tiene valor, y también lo que debe ser podado. En la bruja descansa el auténtico
poder de la mujer. Ella ha reconocido y despertado su verdadera naturaleza,
y ha comprendido que los elementos creadores de vida, agua y fuego, son parte
de su esencia y puede combinarlos a la perfección; la sensibilidad y dulzura de
la madre con la fuerza y la tenacidad del padre
La bruja dormida en cada mujer
es la huella imborrable del Creador, que amorosa (pero tenazmente) recuerda a la
mujer que ha ella le ha sido dado el poder para sostener la vida. Pero antes de
poder usar este poder con sabiduría, tendrá que asentir a todo tal y como es. Mirando
con el mismo amor a lo que ha visto como bueno y a lo que ha visto como malo. Este
paso, supone en primer lugar la traición a su clan, y el renunciar a las
relaciones toxicas o de co-dependencia. Solo así, podrá recuperar el poder que
le dio a otros y seguir adelante con su propia vida.
La bruja no admite nada ni
nadie entre ella misma y su Creador, porque reconoce que su esencia femenina es
la Madre de la creación. Para ella, los ciclos de vida-muerte-vida son tan naturales como una exhalación
(omega) y una inhalación (alfa). Esta mujer sabia sabe que la única confianza que
se requiere para entregarse totalmente es comprender que cuando hay un final
habrá otro comienzo.
Tiene muy claro que si vivimos como respiramos (tomando y
soltando) todo lo que haga será en sintonía con la vida, así que no tiene temor
de equivocarse. Este movimiento es muy diferente
al que muestra lo femenino en el mundo actual. Quizás eso era lo que ocurría
con mis amigas…sus úteros estaban sangrando porque estaban contactando las
heridas que tal vez intuían, pero no habían tenido el valor de mirar…
Hoy día, la visión occidental de una mujer fuerte es una deformación
de lo femenino. Tal como dice Clarissa Pinkola: “Ser fuerte no significa hacer
brotar músculos y flexión. Significa encontrarse con lo numinoso de uno sin
huir, viviendo activamente con la naturaleza salvaje de una manera propia.
Significa ser capaz de aprender, ser capaz de sostener lo que sabemos.
Significa sostenerse y vivir…”
Karina.
Me parece que aqui, diste en varios clavos...
ResponderEliminar