- Ora al despertar:
Ayer era
recomendable, hoy es imprescindible. La oración diaria es el combustible de
nuestro cuerpo y nuestro espíritu para pasar a la nueva conciencia. El despertar es la forma de renovar el
contrato con la vida, tal como lo hicimos al nacer. La palabra aramea Abba significa “papito”, una palabra cariñosa para
“Padre”, usada por el hijo que habla con intimidad a su Padre amado. Abba
también indicaba profundo respeto por la autoridad de Papá.
La oración de Jesús en el jardín de Getsemaní, poco antes de su muerte, nos
muestra la relación de intimidad y respeto del hijo que se sabe amado: “Abba,
Padre, todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa.
No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres” (Marcos
14:36.). Es el ruego hecho desde el corazón de un hijo a su padre amado, pero que
no obstante revela su obediencia incondicional a la autoridad del Padre.
- Vive conscientemente:
No podemos
continuar viviendo cada día como quien sube a un taxi y le dice al conductor:
llévame adonde quieras. Necesitamos llegar a nuestro propio destino, en vez de
seguir dirigiéndonos al destino que han elegido otros. La mente es leal al ego,
mientras el corazón es leal a la conciencia. Cada mañana, debemos preguntarle a
nuestro corazón ¿Qué quieres hacer hoy? La respuesta la escribimos en la agenda
y satisfacer la necesidad de nuestro corazón es la prioridad de nuestro día.
- Lleva un cuaderno de sueños:
- Practica el desapego radical:
Están
regresando a nuestras vidas relaciones y personas del
pasado con el propósito de que terminemos de cerrar círculos, desapegándonos de
lo que nuestra antigua forma de pensar nos mostraba. Siempre es posible
despedirnos con amor. La práctica de chamanismo hawaiano (Ho’oponopono) es de
un grandísimo valor para borrar memorias de dolor, desapegarnos de la lealtad
ancestral y permitirnos vibrar en el amor. Las cuatro palabras sagradas son: lo
siento, perdóname, gracias, te amo…
- Utiliza las redes sociales:
Durante mucho
tiempo me resistí al uso de las redes sociales por considerarlas banales, a
pesar de tener conciencia de su enorme poder. Mi mirada cambió hace pocos días
tras un sueño lúcido en que mi mirada cambió. Ahora veo las redes sociales como
el medio que nos une a las personas que comparten una
sintonía con la vida similar a la nuestra. Las comunidades virtuales nos
permiten participar en eventos, meditaciones, foros, cursos y conferencias que
nos mantienen unidos en un interés común. Son la forma segura para compartir
con nuestros círculos sagrados, en el mundo globalizado de hoy día.
- Honra a la Madre Tierra:
La Madre
Tierra es un organismo vivo, con alma y corazón, por lo que al igual que nosotros
está evolucionando. Ella es la iniciadora del movimiento de ascensión y la
fuerza fundamental que nos lleva a la dimensión espiritual. Es la nave que nos
transporta a través del cosmos a un mejor lugar en el universo. Hacer rituales
de honra como lo hicieron nuestros ancestros es muy recomendable en estos días. En el chamanismo tradicional, se le da de “comer”
a la Pachamama por medio de rituales en los que se abre una “boca” en la
tierra, y en el hueco se ofrenda miel, Jugos de frutas, y agua o infusiones de
hierbas a la Madre.
- Expresa tu arte:
Jodorowsky
dice que todo arte sana. Expresar nuestra creatividad es una forma de
contribuir no solo a nuestra sanación, sino también a la de los demás. Todo lo
que sale del corazón tiene arte y belleza. Si dices que no tienes talento, es
porque aun estas aprisionado por un ego indisciplinado. Pinta, dibuja, canta,
danza, actúa, cocina o haz trabajos manuales. Erich Fromm dijo: “El proceso
de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos partes: una, el
dominio de la teoría; la otra, el dominio de la práctica. Pero aparte del
aprendizaje de la teoría y la práctica, un tercer factor es necesario para
llegar a dominar cualquier arte el dominio de ese arte debe ser un asunto de
fundamental importancia, nada en el mundo debe ser más importante que el arte. Esto
es válido para la música, la medicina, la carpintería y el amor”.
- Sigue tu propósito:
El corazón representa
un cofre donde guardamos aquello a lo que le damos valor. Eso es así, porque
una parte de nosotros sabe que el Altísimo guardó nuestras riquezas allí.
Seguir al corazón es ser fiel a Dios, para ser guiados por el propósito para el
cual hemos sido creados. Quien sigue su propósito encuentra ayuda, vive con
pasión y se conecta con la abundancia. Sigue tu propósito con devoción alimentando
tu alma con relaciones, acciones, palabras y sentimientos que muestren la grandeza
de tu Creador.
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