Cuando hablamos de la fuente nos referimos a un campo de intención
del que emanan todas las cosas. Reconectar con la fuente, implica volver a vibrar en
armonía con la energía superior del universo. Con dios, todo es posible. La
tarea esencial es darnos cuenta de lo que nos separa o contamina la conexión. Al
desconectarnos de la fuente lo que se genera es resistencia, una fuerza que
utilizamos en la ilusión de impedirnos cambiar. Si pensamos en lo que nos resulta
más difícil hacer, y en cuánto nos resistimos a hacerlo, estamos enfrentándonos
con lo que en este momento es para nosotros la lección más importante. Con frecuencia nuestras
acciones revelan nuestra resistencia. Por ejemplo:
- Cambiar de tema.
- Irse de la habitación.
- Ir al baño.
- Llegar tarde.
- Descomponernos del estómago.
- Aplazar una decisión (Haciendo otra cosa, trabajando, perdiendo el tiempo, etc).
- Apartar la vista o mirar por la ventana.
- Hojear una revista. Negarse a atender.
- Comer, beber o fumar.
- Entablar o romper una relación.
- Dañar algo (el carro, un electrodoméstico, una llave, etc)
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ResponderEliminarGracias, me cae como anillo al dedo!!!
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