domingo, 30 de diciembre de 2012

Leyenda china del hilo rojo.

 
Hace unos días, un grupo de amigos se reunió en mi casa para recibir el Ángel de la Navidad, y compartir las reflexiones acerca de la manera en que vivimos el 12.12.12. En un momento dado, un amigo sacó un bollito de hilo rojo y fue amarrando un trocito en la muñeca izquierda de cada uno. Aunque conocía la costumbre de atar el hilo rojo en la mano, ese dia la significación fue diferente para mí.
La leyenda anónima del hilo rojo está muy arraigada entre los orientales (especialmente chinos y japoneses), y cuenta que que el abuelo de la Luna ata un hilo rojo en la muñeca de cada niño que nace. Ese hilo está atado a muchos otros hilos, que a su vez sujetan las muñecas de todas las personas con las que ese niño está destinado a encontrarse.
A medida que el Bebé crece, los hilos se van acortando, acercando cada vez más a aquellas personas que están destinadas a reunirse a pesar del tiempo, del lugar o de las circunstancias. El hilo rojo no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso o incluso se enrede. Existe independientemente del momento de la vida en el que las personas vayan a conocerse, como muestra del vínculo que existe entre ellas.

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