Ayer no podía creer que Jenni Rivera había fallecido…no
soy dada a seguir artistas, pero la diva de la banda llamó mi atención por su intensa
vida, plagada de hechos difíciles y tragedias. Como muchos artistas mexicanos
que emigran, Jenni era super conocida en la comunidad latina de los Estados
Unidos.
Hace unas semanas, vi una entrevista en “Al rojo vivo”
donde Chiquis (la dilecta hija de Jenni) contaba entre lágrimas y nostalgias, la
forzosa salida de la vida de su madre. Fue entonces, cuando comprendí un poco
otra entrevista que le hicieron a Jenni, cuando anunció su divorcio del ex
beisbolista Esteban Loaiza. Jenni repetia -una y otra vez- que nunca le perdonaría lo
que le había hecho, pero jamás dijo lo que sucedió.
Mientras Jenni
mantenía el secreto de la “infamia” cometida por Esteban refugiándose en sus
presentaciones, en las que bebía grandes cantidades de tequila, lloraba y hacia indirectas
a su ex marido, su hija Chiquis insistía en que sería incapaz de hacerle algo así
a su mamá. Lo que pasó, solo los
protagonistas lo saben…Chiquis fue una hija parentalizada, que crió a su hermano pequeño, administró
la casa y cuidó las cosas de su madre mientras ella iba de gira.
En el reality
de Telemundo "I love Jenni", conocí un poco más de la hija, la hermana, la esposa,
la madre, la abuela, la empresaria y la artista fuerte, visionaria, luchadora y
tenaz. Como tantas mujeres latinas, Jenni tuvo algunas relaciones fallidas, y salió
adelante ella sola con sus hijos: Jenny Marín (1985), Jacqi Marín (1990), Michael Marín (1992), Jenicka López (1998) y Johnny Ángel López (2002).
Su padre y hermanos son
exponentes tradicionales del género regional mexicano, y siguiendo la tradición de los hombres de la familia, en el año 2000 Jenni debutó
con su 1era producción discográfica, ganando su 1er Grammy en su 2do año de carrera artistica. Con José Trinidad Marín tuvo tres
hijos, y recibió no solo golpes físicos, sino
una terrible experiencia cuando protagonizó un escándalo en 2005, en el que salió
a la luz que su ex había violado a las hijas de ambos -y a su propia hermana-
años atrás. Trinidad Marín estuvo varios meses prófugo, mientras Jenni era
consolada por sus fans. Finalmente, fue arrestado y condenado a 31 años de
prisión en el 2007.
Jenicka y Johnny Ángel son
hijos de su segunda unión con Juan López (1997), de quien dolorosamente se divorció
en el 2003. Este ex, murió misteriosamente tras haber sido trasladado al
hospital desde la prisión, donde estaba cumpliendo una condena
por tráfico de drogas. La historia de amor con el ex pelotero Esteban Loaiza fue
seguida por miles de fans, que vivieron paso a paso la felicidad de su diva,
hasta que terminó en matrimonio en el 2010. Por esa razón, cuando surgió el rumor de la relación entre Chiquis y
Esteban, su hijo Johnny Ángel tuvo un quiebre emocional que lo mantiene en
terapia intensa.
La sensible naturaleza canceriana de Jenni tuvo otros
importantes desafíos familiares, como la enemistad con su hermano, el cantante
Lupillo Rivera, el juicio de su hijo Michael por violación a una menor (ella 17
y el 19), los comentarios malsanos de que el hijo era igual al padre
(finalmente dictaminaron que la relación fue consentida y le dieron una pena
menor), y las luchas e injusticias de ser la única mujer entre cuatro hermanos.
En cierto sentido, Jenni era una especie de Oprah latina. Tenía muchísimas cosas en contra; era mujer, latina, de figura rellenita, directa hasta la impertinencia, con un carácter fuerte y explosivo que hacia de ella una mujer profundamente compleja, complicada, y al mismo tiempo muy interesante. Su vida fue una historia tan increible de luchas y golpes, que ni el guionista de culebrones más increíble alcanzaría mostrar!
La gente que trabajó con ella dice que la diva siempre les motivó a seguir creciendo, les inspiraba para que aspiraran a independizarse de ella y les apoyaba en sus proyectos. No, no había que ser fan de la carismática diva de 43 años, que vendió más de 15 millones de copias, para sentir el impacto de su muerte en la pasada madrugada de este 10 de diciembre.
En una conferencia de prensa que dió después de su último concierto en la Arena Monterrey con un lleno total, Jenni dijo: "Soy muy feliz, muy bendecida…hoy me siento inmensamente feliz". Su madre, doña Rosa al ver el escenario en forma de cruz en que su hija cantó por última vez, dijo que quiere creer que Dios se la llevó para que le cante en el cielo. Su padre, don Pedro Rivera dice que quiere creer en lo que dice su mujer.
Al igual que muchas estrellas del espectáculo que pasan a ser leyenda, las circunstancias en que falleció Jenni son profundamente trágicas e impactantes; la avioneta privada en que viajaba se construyó en el mismo año de su nacimiento (1969), la acompañaba su inseparable amigo Arturo Rivera (no eran parientes), su forma de ser le salvó la vida a su amiga Alejandra Guzmán que iba a tomar una bola en el avión en que se estrelló Jenni, quien al llamarla y no localizarla despegó sin ella. En el momento del accidente Jenni vestía su atuendo favorito, un vestido mexicano color rosa que le encantaba.
La muerte de la diva de la banda me re-enfoca en vivir un día a la vez, me recuerda no dejar para después la reconciliación con las personas que amo, me muestra la valentía de abrir el corazón al amor (por muy difícil que sean las relaciones), a ser generosa con los demás, ser fiel a mi sueño sin importar las dificultades, sembrar en otros la grandeza, y en cada momento mantener enfocada la mirada en la bendición y el agradecimiento.
Mis oraciones son para los familiares, amigos y fans de Jenni. Sigue la luz diva…sigue la luz…
La gente que trabajó con ella dice que la diva siempre les motivó a seguir creciendo, les inspiraba para que aspiraran a independizarse de ella y les apoyaba en sus proyectos. No, no había que ser fan de la carismática diva de 43 años, que vendió más de 15 millones de copias, para sentir el impacto de su muerte en la pasada madrugada de este 10 de diciembre.
En una conferencia de prensa que dió después de su último concierto en la Arena Monterrey con un lleno total, Jenni dijo: "Soy muy feliz, muy bendecida…hoy me siento inmensamente feliz". Su madre, doña Rosa al ver el escenario en forma de cruz en que su hija cantó por última vez, dijo que quiere creer que Dios se la llevó para que le cante en el cielo. Su padre, don Pedro Rivera dice que quiere creer en lo que dice su mujer.
Al igual que muchas estrellas del espectáculo que pasan a ser leyenda, las circunstancias en que falleció Jenni son profundamente trágicas e impactantes; la avioneta privada en que viajaba se construyó en el mismo año de su nacimiento (1969), la acompañaba su inseparable amigo Arturo Rivera (no eran parientes), su forma de ser le salvó la vida a su amiga Alejandra Guzmán que iba a tomar una bola en el avión en que se estrelló Jenni, quien al llamarla y no localizarla despegó sin ella. En el momento del accidente Jenni vestía su atuendo favorito, un vestido mexicano color rosa que le encantaba.
La muerte de la diva de la banda me re-enfoca en vivir un día a la vez, me recuerda no dejar para después la reconciliación con las personas que amo, me muestra la valentía de abrir el corazón al amor (por muy difícil que sean las relaciones), a ser generosa con los demás, ser fiel a mi sueño sin importar las dificultades, sembrar en otros la grandeza, y en cada momento mantener enfocada la mirada en la bendición y el agradecimiento.
Mis oraciones son para los familiares, amigos y fans de Jenni. Sigue la luz diva…sigue la luz…
Amen.
ResponderEliminarLuz...
ResponderEliminarya esta en un lugar mejor
ResponderEliminaray que recordarla con una sonrisa alegres