La Virgen de Guadalupe ha
tenido un lugar importante en la historia de México, desde la conquista hasta
nuestros días. El día en que los devotos celebran su aparición es el 12 de
diciembre, que en este año coincide con un hecho espectacular que no se verá
hasta el siguiente siglo; 12/12/12.
El santuario de Guadalupe,
ubicado en el cerro del Tepeyac en ciudad México, es visitada hoy por más de 5
millones de personas. Hoy, veía un programa especial para honrar a la Virgen de
Guadalupe, y la presentadora le preguntó a una niña de unos 8 años qué la hacía
caminar tantas horas en peregrinación. La chiquilla contestó con una cara de
asombro difícil de olvidar: “¿Usted no lo haría para visitar a su madre?”.
El amor de esa niña me
conmovió de una manera muy especial, y me puso a conectar su respuesta con la
fecha tan especial que vivimos hoy. Precisamente, lo especial de este
acontecimiento me sumergió en una cantidad de actividades inusuales para mí,
pero al regresar a casa no pude resistir la tentación de compartir mis
reflexiones con ustedes.
La mayor parte del
sufrimiento tiene origen en la familia en que nacimos. La ley de la familia es
la repetición. Esa es la razón por la que muchas personas disocian la acción
del sentimiento. La repetición genera surcos de aprendizaje en nuestro cerebro
que son muy resistentes al cambio.
La energía se
acostumbra al recorrido por los surcos viejos, del mismo modo que un conductor
usa siempre las mismas calles que le hacen sentir seguro para llegar a su
destino, aunque sepa que existen otras vías más modernas y rápidas.
La familia es
nuestro espacio de aprendizaje por excelencia, de ahí, que muchas de nuestras
frustraciones, rabias, impotencias y sufrimientos por no lograr el cambio que
nos permitiría tener la vida deseada, es transferido al clan. Criticamos,
culpamos y enjuiciamos a nuestra parentela (especialmente a papá y mamá), para
sentir el alivio que nos produce una inocencia ilegitima.
Así, podemos
endosarle la responsabilidad de nuestro malestar a la familia, y seguimos
adelante. Cuando alguien piensa de este modo se priva de oportunidades para
crecer, a fin de poder mantener su conciencia infantil. Las energías
arquetípicas son un recurso de un valor inconmensurable en estos tiempos, donde
estamos convocados a un despertar espiritual.
Es indudable que
cada persona –por muy evolucionada que esté- tiene memorias traumáticas y/o
dolorosas que corregir, por la sencilla razón de estar encarnado en un cuerpo
físico, sujeto a leyes naturales.
A nivel
arquetípico, la virgen de Guadalupe es la representación de la madre en la
dimensión espiritual. Los arquetipos son energías amorales que están más allá
de la culpa. De esta forma, facilitan el crecimiento tan necesario para
emprender el camino de sanación. La pequeña de la entrevista mostró el
arquetipo del niño en su estado natural; el que va con alegría a visitar a su
madre, porque ella es la fuente de todo gozo.
La vida se expresa
por vía de un gozo incesante. Cualquier asunto de nuestra vida que nos ocasione
malestar, nos lleva de camino a ella. Si algo nos quita alegría, deforma
nuestra relación con la vida. La mayoría de las personas, muestran las amarguras, aflicciones y pesares del niño herido. La
relación con la vida viene a partir de la relación que tenemos con nuestra
madre.
En Constelaciones
Familiares solemos decir que todos los temas acaban en la madre. Una clienta
mía dijo en una ocasión, que las únicas personas que no tienen heridas que
sanar con su madre, son las que aún no han nacido. De algún modo es así. Desde
hoy hasta el 21 de diciembre 2012, todos estamos convidados a entrar en una
frecuencia de madurez espiritual que nos hace “adultos”.
Durante mucho
tiempo, nos hemos comportado como niños al precio de depender de otros que
paguen por nuestras acciones. El ser adultos espirituales redime a la familia
de nuestros reclamos, y al mismo tiempo, nos libera de los contratos invisibles
que nos llevaban a“pagar” por lo que ocurrió antes. Antes, lo que una
generación no sanaba, pasaba a la siguiente generación como deuda.
De ahora en
adelante, nadie paga por las acciones ajenas. Lo que caracteriza a un adulto es
la madurez que muestra para asumir la responsabilidad de sus actos. En cambio,
la característica de los niños es la incompetencia para asumir sus acciones. La
inmadurez les impide asumir las consecuencias de sus actos, por eso dependen de
otros más grandes, más fuertes o con más poder.
Cuando un niño
menor de edad juega fútbol en el parqueo del edificio donde vive, y su balón
rompe el cristal del auto de un vecino, sus padres -o las personas que estaban
a su cargo- deberán responder y pagar por la acción del menor. En cambio, la
“madurez” de un adulto le indica que el parqueo no es un lugar para jugar.
Si por alguna
razón, una persona adulta utiliza a su niño interior para cometer un agravio,
debe asumir su responsabilidad sin excusas, ya que es el único responsable de
pagar el cristal que rompió. En caso de que recurra a la ingenuidad para
desconocer su responsabilidad, la persona agraviada puede hacer uso de la ley,
y así“obligarlo” a asumir la consecuencia de sus actos.
Cuando otra
persona paga el cristal roto por él, lo trata como niño. A cambio, el niño
pagará su “inocencia ilegítima”dependiendo del adulto que ha asumido las
consecuencias de sus acciones.
La combinación
Constelaciones Familiares/Psicogenealogía, me ha fortalecido para recorrer un
camino de sanación que me ha permitido renunciar al sufrimiento. Poco a poco,
he ido comprendiendo que buscar afuera la razón de mi malestar, también deja
afuera mi poder. La única persona responsable de cuidar a mi niña interior, es
la Karina adulta de hoy. ¡La responsabilidad de nuestro bienestar es exclusivamente
nuestra!
Cuando el dolor es mucho -o
muy profundo-,podemos recurrir a la energía de lo femenino arquetípico para
fortalecernos. La sanación es femenina. Hoy, los cielos abrieron la puerta para
dar paso a una espectacular corriente de luz de altísima frecuencia vibratoria.
La energía de dolor es baja, mientras que la energía del amor es alta.
Quizás, la niña que
peregrinaba para visitar la casa de su madre (la virgen de Guadalupe), fue el
recurso que el Padre utilizó para recordarme que la expresión del amor es GOZO…
Doy la bienvenida a mi vida a la energía de este 12/12/12
, con agradecimiento enciendo una luz a la virgencita de Guadalupe y elijo iniciar
con GOZO este camino de retorno a casa.
Hermosa reflexión!
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