El compromiso con
nuestro sueño es la brújula de nuestras acciones.
Quien tiene un sueño conoce a lo que
tiene que renunciar con el propósito de avanzar.
John Maxwell.
Hace algunos años, conocí las Constelaciones por
vía de Carola Castillo y cuando me hizo por primera vez la pregunta ¿Qué
quieres que pase contigo…? Entre en pánico…no sabía que quería para mi!!! Hoy
día, cuando pregunto lo mismo a la gente que asiste a mis talleres y cursos, la
mayoría no tiene ni la menor idea, muchos creen que saben la respuesta pero no
se sienten seguros siguiendo a su corazón y no actúan. En ocasiones, se
traicionan a ellos mismos aceptando opciones más razonables o seguras
¿Cómo podemos lograr un propósito que no tenemos,
que no sentimos, o en el que no confiamos? La energía es un ingrediente clave
para materializar nuestros sueños. En su teoría de la relatividad, Einstein demostró
que no hay separación entre la materia y la energía. La materia es energía
altamente condensada. Hace mucho tiempo, leí en la revista selecciones del
readers digest, que la manera más
fácil de alcanzar lo que decimos que deseamos, es actuar como si ya estuviese
logrado. Si logramos sentir que nuestro sueño ya es, hemos dado un paso
esencial en el proceso de atracción.
Uno de los misterios
que tiene Perú, especialmente Machu Pichu, es ser el sueño de muchas personas
que ven en este destino una oportunidad de re-encontrar su propia historia. Los
trece integrantes de nuestro grupo teníamos esta “corazonada”: no regresaríamos
igual a Santo Domingo. Las dos personas más sabias del grupo (por estar más
cerca del origen de la vida), eran las que mostraban mayor entusiasmo por la
travesía. Una de ellas celebró el 4 de julio su cumpleaños
69!!!!
Tres meses antes, esta amiga fue
comprando ropa de dormir, zapatillas de deporte, botas, ropa interior, blusas,
camisetas, pantalones deportivos y hasta un juego nuevo de maletas! Cuando me
lo comentó, le dije que
parecía una novia preparando su ajuar. Entonces, me manifestó que por 30 años
había esperado la realización de este sueño. La esposa de la otra persona dijo
con ojos húmedos y voz quebrada por la emoción que sentía un profundo
agradecimiento por la tierra que nos acogió.
Ella nos contó que
su marido acarició este sueño por largo tiempo, y que hacia un par de años, con
todo saldado suspendieron el viaje por la repentina muerte se su padre. Lo digo tomando prestadas las palabras de
Napoleón Hill: (…) “Tras
toda esta demanda de cosas nuevas y mejores hay una cualidad que uno debe
poseer para ganar, y es la definición del propósito, el conocimiento exacto de
lo que uno quiere, y un deseo ardiente de poseerlo”.
Hace dos años, después de haber sido visitadora a
médicos, maestra de ceremonia, facilitadora de talleres, locutora, productora
de radio y TV, descubrí que mi sueño no era ser “comunicadora”. Fue un momento
difícil, y me desvele durante varias noches peguntándome ¿Cuál es mi sueño? Recordé el impacto que causó en mi cuando en una conferencia Jhon Maxwell dijo: “Si veo un día de tu
agenda, puedo decirte dónde estás, cuáles son tus prioridades y si estás
siguiendo tu sueño o traicionándolo”.
Entonces dijo que la manera en que distribuimos nuestro
tiempo indica lo que necesitamos, lo que deseamos, y el precio que estamos
pagando por conseguir eso. Entonces, explicó el secreto para que “hacer libros” sea fácil y divertido (él tiene más de
50 publicaciones con varios Bestsellers). Comentó que sencillamente pasa gran parte de su día escribiendo, leyendo y
archivando lo que otros han escrito. Así, según él ya tiene material para 50
libros mas!
En ese momento me di el permiso de tener como sueño ser
“escritora”, y comprendí que como me pareció un sueño muy grande para mi, lo
reduje a lo que podía tomar; ser comunicadora. Así, aunque había sido muy
bendecida al lograr innumerables éxitos. por medio de mi trabajo, realmente no
lo disfrutaba y lo saboteaba para “justificar” el desencanto que sentía de
traicionar mi propósito.
La diferencia entre un escritor consagrado y alguien que
simplemente disfruta escribir (como yo), es que el primero paga el precio por
cumplir su sueño: lidiar con la bendita “pagina en blanco”, manejar los
diálogos con los personajes internos que le habitan y le exigen que les permita
vivir, ser comprometido, disciplinado y humilde para permitir que la historia
se le revele, renunciando a su necesidad de seguridad y control. Ahora me doy
cuenta que como siempre, la vida jugo conmigo y gano la partida. Creí que estos
40 días para relatar las bendiciones de este místico viaje a Perú, eran una
forma de mantener un balance con la gente que me acompañó. Ahora me rindo al
propósito que la vida tuvo conmigo: comprometerme públicamente con ustedes y
“garantizar” que me siente a escribir cada día. Digo “si” al compromiso!
Karina.
Guaiii!!!!, honro ese compromiso, y tomo lo que me toca.
ResponderEliminar"To write or not to write?..., to write!"
Beso...
Me identifico con la foto FULL :D
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