jueves, 19 de julio de 2012

Día 11; Cuarenta días de purificación en el agradecimiento consciente.

El compromiso con nuestro sueño es la brújula de nuestras acciones.




Quien tiene un sueño conoce a lo que tiene que renunciar con el propósito de avanzar.

John Maxwell.



Hace algunos años, conocí las Constelaciones por vía de Carola Castillo y cuando me hizo por primera vez la pregunta ¿Qué quieres que pase contigo…? Entre en pánico…no sabía que quería para mi!!! Hoy día, cuando pregunto lo mismo a la gente que asiste a mis talleres y cursos, la mayoría no tiene ni la menor idea, muchos creen que saben la respuesta pero no se sienten seguros siguiendo a su corazón y no actúan. En ocasiones, se traicionan a ellos mismos aceptando opciones más razonables o seguras

¿Cómo podemos lograr un propósito que no tenemos, que no sentimos, o en el que no confiamos? La energía es un ingrediente clave para materializar nuestros sueños. En su teoría de la relatividad, Einstein demostró que no hay separación entre la materia y la energía. La materia es energía altamente condensada. Hace mucho tiempo, leí en la revista selecciones del readers digest, que la manera más fácil de alcanzar lo que decimos que deseamos, es actuar como si ya estuviese logrado. Si logramos sentir que nuestro sueño ya es, hemos dado un paso esencial en el proceso de atracción.

Uno de los misterios que tiene Perú, especialmente Machu Pichu, es ser el sueño de muchas personas que ven en este destino una oportunidad de re-encontrar su propia historia. Los trece integrantes de nuestro grupo teníamos esta “corazonada”: no regresaríamos igual a Santo Domingo. Las dos personas más sabias del grupo (por estar más cerca del origen de la vida), eran las que mostraban mayor entusiasmo por la travesía. Una de ellas celebró el 4 de julio su cumpleaños 69!!!!

Tres meses antes, esta amiga fue comprando ropa de dormir, zapatillas de deporte, botas, ropa interior, blusas, camisetas, pantalones deportivos y hasta un juego nuevo de maletas! Cuando me lo comentó, le dije que parecía una novia preparando su ajuar. Entonces, me manifestó que por 30 años había esperado la realización de este sueño. La esposa de la otra persona dijo con ojos húmedos y voz quebrada por la emoción que sentía un profundo agradecimiento por la tierra que nos acogió.

Ella nos contó que su marido acarició este sueño por largo tiempo, y que hacia un par de años, con todo saldado suspendieron el viaje por la repentina muerte se su padre.  Lo digo tomando prestadas las palabras de Napoleón Hill: (…) “Tras toda esta demanda de cosas nuevas y mejores hay una cualidad que uno debe poseer para ganar, y es la definición del propósito, el conocimiento exacto de lo que uno quiere, y un deseo ardiente de poseerlo”.

Hace dos años, después de haber sido visitadora a médicos, maestra de ceremonia, facilitadora de talleres, locutora, productora de radio y TV, descubrí que mi sueño no era ser “comunicadora”. Fue un momento difícil, y me desvele durante varias noches peguntándome ¿Cuál es mi sueño? Recordé el impacto que causó en mi cuando en una conferencia Jhon Maxwell dijo: “Si veo un día de tu agenda, puedo decirte dónde estás, cuáles son tus prioridades y si estás siguiendo tu sueño o traicionándolo”.

Entonces dijo que la manera en que distribuimos nuestro tiempo indica lo que necesitamos, lo que deseamos, y el precio que estamos pagando por conseguir eso. Entonces, explicó el secreto para que “hacer libros” sea fácil y divertido (él tiene más de 50 publicaciones con varios Bestsellers). Comentó que sencillamente pasa gran parte de su día escribiendo, leyendo y archivando lo que otros han escrito. Así, según él ya tiene material para 50 libros mas!

En ese momento me di el permiso de tener como sueño ser “escritora”, y comprendí que como me pareció un sueño muy grande para mi, lo reduje a lo que podía tomar; ser comunicadora. Así, aunque había sido muy bendecida al lograr innumerables éxitos. por medio de mi trabajo, realmente no lo disfrutaba y lo saboteaba para “justificar” el desencanto que sentía de traicionar mi propósito.

La diferencia entre un escritor consagrado y alguien que simplemente disfruta escribir (como yo), es que el primero paga el precio por cumplir su sueño: lidiar con la bendita “pagina en blanco”, manejar los diálogos con los personajes internos que le habitan y le exigen que les permita vivir, ser comprometido, disciplinado y humilde para permitir que la historia se le revele, renunciando a su necesidad de seguridad y control. Ahora me doy cuenta que como siempre, la vida jugo conmigo y gano la partida. Creí que estos 40 días para relatar las bendiciones de este místico viaje a Perú, eran una forma de mantener un balance con la gente que me acompañó. Ahora me rindo al propósito que la vida tuvo conmigo: comprometerme públicamente con ustedes y “garantizar” que me siente a escribir cada día. Digo “si” al compromiso!

Karina.

2 comentarios:

  1. Guaiii!!!!, honro ese compromiso, y tomo lo que me toca.
    "To write or not to write?..., to write!"
    Beso...

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