El silencio nos cambia la mirada.
Cuando quiera que haya silencio a tu
alrededor, escúchalo.
Esto significa que, simplemente, has de
darte cuenta de él.
Préstale atención.
Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de ti,
porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.
Préstale atención.
Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de ti,
porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.
Eckhart Tolle.
En los últimos
años, los científicos han demostrado que nuestros pensamientos, con las palabras, visiones, emociones, comportamientos y acciones que
conllevan, dan lugar a nuestra realidad física. Osho pensaba que hay momentos en nuestras vidas en los que pareciera que
muchas voces nos empujan a uno y otro lado. Para él, esas situaciones en que
nos encontramos atormentados por la confusión, son recordatorios del alma para
que busquemos el silencio y regresemos a nuestro centro. Es alli donde somos
capaces de escuchar nuestra verdad.
Son muchas las
razones por las que podemos sentir que perdemos contacto con nosotros mismos, y
empezamos a perdernos en el mundo. En mi caso, la naturaleza de mi trabajo me
lleva a escuchar cientos de historias, de tanto exponerme a casos diferentes llega
un momento en que necesito estar a solas conmigo, preferiblemente en el
silencio. Solo entonces, siento que encuentro nuevamente mi propia voz. Cuando
entramos en el silencio, se produce inmediatamente un estado de serena alerta...
Desde hace un tiempo,
tomo pequeñas mini-vacaciones de desintoxicación en las que me alejo de la
rutina cotidiana y vuelvo a mi misma. Un par de veces al año salgo de
vacaciones a otros lugares en donde puedo nutrirme de otras personas afines a mi
ocupación. De esa forma, desafío mis experiencias, estimulo mis pensamientos y amplio
mis referencias. Esta fue una razón importante a la hora de emprender el viaje
a Perú para conocer el trabajo de mi tocaya Karina Malpica con sus “animales de
poder”.
Una de las mañanas
que estuvimos en Chontachaca, tomamos la embarcación para ir por el rio Amaru
Mayu hasta una encantadora isla, cuyo húmedo paisaje es el paraíso para las libélulas
y las mariposas. Antes de llegar al área
de las lagunas en donde observaríamos de cerca a los cautivadores insectos, debíamos
atravesar un tramo del bosque. Mientras seguíamos a Luis, un rosario de pláticas
nos llevaban sin cesar de un tema al otro. En un momento dado, el amable guía nos
pidió cortésmente que guardáramos silencio alegando que nuestras voces alejaban
a los animales. Tras un fugaz intercambio de miradas, seguimos la caminata en un
especial silencio.
Casi instantáneamente,
fue como si hubiésemos entrado en una dimensión misteriosa y desconocida donde el
paisaje se revelaba en forma exuberante. Mis sentidos estaban plácidamente estimulados
por los tonos más exóticos de verdes, singulares olores afrutados y juguetonas
brisas acompañadas de sutiles cambios de temperaturas. Mientras, el terreno hacia
lo suyo dejando huellas en mis botas como una amante que marca sus labios en la
camisa de su amante para denunciar su presencia. El silencio fue el alquimista
que realizó tan maravillosa magia.
Wayne Dyer dice: “Cuando cambias la forma en que ves las cosas, las
cosas que ves, cambian”. En el momento que
nos damos cuenta del silencio, desaparece la necesidad de pensar o hablar, y somos
conscientes de lo que nos rodea. Cuando observamos un árbol y nos conectamos
con la sabiduría de su silencio, conectamos con él a un nivel muy profundo y
amoroso. Cuando percibimos en y a través del silencio, sentimos las conexiones
invisibles de amor que nos une a todo.
Esta semana, mira una
nube, un árbol, una flor, un insecto y permite que tu conciencia descanse en
ellos…deja que la naturaleza te enseñe por medio del silencio. Presta atención
al breve descanso entre tu inspiración y tu espiración o a la pausa entre dos
pensamientos. En el momento en que asentimos este momento tal y como es, sin
engancharnos en la manera en que se presenta, entramos en un dulce silencio
interior.
Karina.
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