sábado, 28 de julio de 2012

Día 19; Cuarenta días de purificación en el agradecimiento consciente.


La pasión viene del niño natural.




La valentía es contagiosa.
Cuando un hombre adopta una posición firme,
las columnas vertebrales de los demás se enderezan también.

Billy Graham.

La esencia del niño natural o inocente es la sensación de que todo es posible. Es uno de los patrones más poderosos de la psique porque ha nacido con ella. Él nos lleva a actuar más allá de nuestros límites, para iniciar una aventura libre y creativa. Quien toma la decisión de hacer un viaje como el que hicimos a Perú es el niño natural. Sin embargo, una vez tomada la iniciativa, surgirán otras voces que muestran el dolor del niño herido, rechazado, abandonado o huérfano que pone freno a la alegría porque desconfía de la posibilidad de sanar y seguir adelante con la vida con bienestar.

Al final del día, vemos que siempre se trata de un viaje y la suma de todos nuestros viajes es al que llamamos vida. La pasión que nos llega cuando estamos comprometidos con nuestro propósito, es parte de los recursos dados por el Creador para que hagamos este viaje (llamado vida) en pleno gozo. Nada perece en el Universo, todo lo que ocurre en él es transformación, de modo que si no tenemos una relación sana con nuestro niño natural, se bloquea la posibilidad de hacer compromisos y la pasión con nuestro propósito no se expresa.

De este modo, nos hacemos dependientes de la pasión que está afuera; la familia, pareja, amigos, trabajo, cuerpo, dinero, bienes, etc. San Lucas: 18.15, 16, 17 cuenta que muchas personas llevaban los niños para que Jesús los tocara, y sus discípulos les reprendieron. Entonces, Él  llamándolos dijo: “Dejad a los niños venir a mi, y no sé lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que él que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en el”.

Entregar el corazón es el movimiento natural del niño inocente. La pasión es el fruto que recibimos al abrir el corazón, y quien contacta su pasión llena su vida de sentido, vive su propósito y es capaz de vivir el cielo en la tierra. Para esta persona, cada respiración es una oportunidad más para alimentar su sueño. Su agradecimiento por la vida viene por la reconciliación con su origen, sus padres y su destino. La pasión exterior pertenece a la dimensión de la materia, por lo tanto es efímera. La pasión interior se transforma en gozo y este solo viene de la dimensión espiritual, por lo tanto, es eterno.

Durante el viaje, cada uno de nosotros tuvo la oportunidad de entregarse a su niño natural y encargarle a el la tarea de atender, cuidar, calmar, consolar y acompañar a su niño herido (rechazado, abandonado o huérfano). Cuando hacíamos alguna rabieta, les recordaba (y me recordaba a mi misma): este viaje se trata de como hacerse adulto. La vida es multidimensional y cuando aprendemos a reconocerla, disfrutarla, agradecerla y celebrarla, nos regocijamos en ella. Nuestra verdadera naturaleza es el gozo que nos llega por el niño natural.

El sufrimiento nos llega cuando nos resistimos a lo que es.  Cuando nos resistimos a vivir desde el Espíritu, se origina un gran vacío que solo se llena con aquello que proviene de la dimensión espiritual. Cuando no conocemos quiénes somos, nos identificamos con la naturaleza falsa del sufrimiento, La pasión efímera que viene del exterior se agota, y nos deja sumidos en la desolación.

Todos nosotros estamos destinados a realizar un sueño que es el propósito para el cual fuimos creados. La tarea de responder a nuestro llamado es enteramente individual, y no hay ninguna actividad, relación o situación que tenga más fuerza que lograr la realización del plan que Dios trazó para nosotros. Quienes encuentran su misión se diferencian del resto de las personas porque viven en gozo, conectados con la vida. No imagino mayor responsabilidad que esa. Paulo Coelho dice: Dios juzga al árbol por sus frutos, y no por sus raíces.

Las respuestas a estas preguntas son señales que nos orientan a encontrar el camino hacia nuestro propósito de vida.

1. ¿Qué te encanta hacer?
2. ¿Qué haces en tu tiempo de ocio?
3. ¿De qué te das cuenta fácilmente?
4. ¿Sobre qué te encanta aprender?; ¿De qué te encanta hablar?; ¿Qué disfrutas tanto que lo harías gratuitamente?
5. ¿Qué libros (mensajes, materiales) tienes en tu espacio cercano (habitación, carro, móvil, computadora, tabla, etc)?
6. ¿Qué despierta tu creatividad?
7. ¿Qué cosas tuyas hacer sentir halagada a la gente?
8. ¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?




Te deseo lo mejor en esta aventura.
Karina.

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