Alaba sin importar las circunstancias.
Si tu vida cotidiana te parece pobre,
No le eches la culpa a la vida, échatela a
ti.
Admite que no eres lo bastante poeta como
para invocar sus riquezas;
Porque para el creador no existe la pobreza
como
tampoco existe ningún lugar pobre ni indiferente.
Rainer María Rilke.
Una de las cosas más hermosas del viaje fue ver que la
bandera indígena es un arcoíris. Desde hace algunos anos, he redescubierto la
magia del arcoíris y la he incluido en mi trabajo. Así, emprendí una travesía
por el estudio de los chakras y los tesoros escondidos en sus siete colores. La
mayoría de nosotros, sale de “casa” buscando un sabio que nos diga donde esta
nuestro tesoro, como lo hace el
personaje de Dorothy en el mago de Oz. Hace casi un siglo, el ministro Russel H. Conwelll revolucionó el mundo
victoriano con su espectacular conferencia “Acres de diamantes”.
El antiguo corresponsal Conwelll pronunció su inspirador
discurso más de seis mil veces entre 1877 y 1925. En la historia que contaba
hablaba de un granjero persa llamado Ali Hafed que vendió su granja y abandonó
a su familia para recorrer el mundo, en busca de la riqueza que le
proporcionara la felicidad que anhelaba. Buscó por todos lados los diamantes
que tanto deseaba. Desilusionado, solo y desesperado, puso fin a su vida
muriendo en la calle como un indigente. Su búsqueda de la riqueza consumió su
vida…
Entretanto, el hombre que compró la tierra donde Hafed había
hecho su casa, agradecía cada brizna de hierba que ahora le pertenecía. Su agradecimiento le llevó a sembrar la tierra
con mucha dedicación y amor. Por la noche, regresaba con su familia a su casa
donde compartía con alegría los frutos que la granja le brindaba. Antes de
comer, su mujer bendecía los alimentos y él se sentía muy dichoso.
Un buen día, hizo un descubrimiento extraordinario: En el
jardín que Ali Hafed había abandonado había una mina de diamantes de alrededor
de un acre. ¡El humilde granjero recibió una riqueza tan grande como jamás la había
soñado! Russel H. Conwelll solía terminar su charla diciendo: “Tus diamantes no
se hayan en lejanas montanas o en mares recónditos. Están en el jardín de tu
propia casa, solo tienes que desenterrarlos. Más tarde, “Acres de diamantes”
fue publicado e inmediatamente se convirtió en un Bestseller y en un clásico de
la literatura religiosa.
La selva con todos sus habitantes fueron los más grande
maestros. Cuando tenemos una inmersión en la grandeza de la vida, podemos ver
nuestra pequeñez y al mismo tiempo nuestra debilidad frente a esta fuerza. Entonces,
podemos vivir conscientemente sabiendo que cada pisada puede hacer la
diferencia entre la vida y la muerte. Hasta ese momento, creía que mi sueño podía
esperar y medaba permiso para tener montones de excusas. Secretamente me decía
a mi misma: las circunstancias no son favorables…debemos esperar, me falta aprender
mejor esto o aquello, mañana me organizaré mejor, cuando haga esto podré
dedicarme de verdad a aquello, etc.
Hace un par de días, fui a dar una charla al grupo de NA
con intereses especiales y le di forma a un movimiento que se generó en el
vientre de la Pachamama. Mi sueño tomó forma y comprendí que la vida nunca será
lo bastante calmada, para que me acomode y espere lograr mis metas en un “mañana”.
La vida es cambio, imprevistos,
misterios, movimientos y circunstancias. Si no estamos enfocados, siempre habrá
algo para entretenernos en el camino. En consulta lo veo en un cliente distraído
mirando de reojo su BB, alguien que en vez de oírme me quiere impresionar con
lo que sabe o que su interés es que le hable de como puede ayudar a alguien
mas, su progenitor, pareja, hijo, una amiga, etc.
La única oportunidad que tenemos para ser es ahora, y mi sueño
forma parte de lo que “soy”. La única oportunidad real que tenemos es renunciar
a la infantil ilusión de que la vida sea perfecta, y buscar el tesoro en
nuestro propio jardín. Podemos sanar, soltar y seguir, asintiendo lo que es tal
y como se presenta. Alabar, dar las gracias y disfrutar el regalo de tener este
instante como una oportunidad de ver a mi sueño nacer, crecer, florecer o dar
frutos. Hoy, elijo invocar la fuerza de mis ancestros para desenterrar los
tesoros escondidos en mi linaje. Tal como dijo la actriz francesa Sarah Benhardt:
“La vida concibe vida, la energía origina energía, es gastando la persona que
somos que nos enriquecemos”.
Karina.
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