jueves, 26 de julio de 2012

Día 18; Cuarenta días de purificación en el agradecimiento consciente.

Crear recuerdos agradables.


Es bueno tener un destino hacia el cual viajar,

Pero afín de cuenta lo importante es el viaje.

Ursula K. Le Guin.

Muchas veces, perdemos de vista lo esencial por fijar la mirada en los resultados o el destino al que nos dirigimos. Afín de cuenta, el viaje no se trata de eso. Un día, una pareja con problemas vino a terapia conmigo. Luego de un rato de conversación se dieron cuenta que habían vivido juntos muchas experiencias memorables. Entonces, ella le dijo a él: “Querido, nuestro problema es que hemos olvidado nuestra historia. Te propongo que hagamos algo; tú recuerda quienes somos, y yo recuerdo para dónde vamos”.

No basta haber vivido algo bueno, necesitamos tomar iniciativas para recordar lo memorable, lo agradable, lo divertido, lo bueno. La mente tiene preferencia por los recuerdos traumáticos, dolorosos y tristes. Tenemos muchas memorias dolorosas que recordamos con facilidad con todos sus detalles, en cambio las memorias de gozo deben ser buscadas como perlas en nuestros recuerdos. Crear un recuerdo agradable implica tomar acciones para que lo esencial resalte.

Mientras el grupo de viaje íbamos en el tren que nos llevaría a aguas calientes, una amiga y yo vimos a un joven extranjero que escribía sus memorias en una bitácora de viaje. Ella me dijo con nostalgia que antes hacia lo mismo que él. Acostumbro a tomar apuntes de mis viajes para poder regresar a las memorias agradables que se pierden si no son visitadas con frecuencia. La diferencia era que este joven tenía un cuaderno de viaje como los que usaron nuestros antepasados. Ese pequeño detalle lo diferenciaba del resto de los viajeros.

Cuando estamos “creando” un recuerdo agradable ponemos un cuidado especial en los detalles, porque estamos conscientes de que esto hace una diferencia. Enriquecer la memoria es la razón por la que una novia llega al altar en una limosina, y no en el automóvil que la transporta al trabajo cada día. Un día de 1923, la pintora Giorgia O’ Keeffe se dijo a si misma: “No puedo vivir donde quiero, no puedo ir donde quiero, no puedo hacer lo que quiero…ni siquiera puedo decir lo que quiero. He llegado a la conclusión que fui una verdadera estúpida al no pintar al menos lo que yo quería…esto era lo único que podía hacer que no le incumbiera a nadie mas que a mi…”

Todos nosotros tenemos la responsabilidad de saber lo que quiere auténticamente nuestra alma como lo hizo Giorgia. Darse cuenta de eso hace que lo anterior gane propósito y se aclare nuestro norte. Es en las horas de ocio cuando mas cerca estamos de nuestro potencial. Cuando no tenemos deberes con otros podemos ver más fácilmente lo nuestro. De ahí, que muchas personas eluden encontrar su destino manteniéndose muy ocupadas, especialmente con los demás.

El poeta ingles Rupert Brooke decía que muy pocas almas tenían la fortuna de “almacenar reservas de alegría y calma” para recurrir a ellas cuando la fuente ya no este presente. Para la Kabbalah existen Cada persona tiene dos tipos de Luz: la Luz interior y la Luz circundante. La Luz interior es aquella con la que nacemos (dones, talentos, destrezas y habilidad para aprender). La Luz circundante representa nuestro potencial, con lo que no hemos nacido pero que está dentro de nuestra capacidad de alcanzar si crecemos, cambiamos y nos expandimos más allá de los dones que se nos otorgaron.

Ordinariamente, no podemos ver nuestra Luz circundante, pero esta semana, la generosidad del Creador hace una excepción conocida como Shabat Jazón (Shabat de la Visión). Así, recibimos la ayuda de la Luz para encontrar nuevas y hermosas direcciones para nuestras vidas, sin importar qué tan difícil sea nuestra situación actual. La recomendación es poner atención a nuestros pensamientos e intuiciones y a las sugerencias que las personas nos hacen.

Karina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario